El Corpus Christi y la leyenda de la Tarasca de Badajoz

En esta sección se analiza una de las fiestas marcadas en el calendario religioso como importante pero quizá ya no tan trascendente como antes: el Corpus Christi.

Se trata de una fiesta dedicada a la Eucaristía, a la que va unida una reivindicación de las creencias pero a su vez contiene una serie de leyendas y mitos relacionados con los animales, ya que esta fiesta se ancla dentro de la zoología mística.

Por eso, también contamos la famosa leyenda de la Tarasca de Badajoz, que tiene su relación con el Corpus Domini o corpus Christi.


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Con los últimos días de mayo, se encara el inicio del solsticio de verano, las festividades de San Juan y hasta el pensamiento actual de irnos de vacaciones. Por eso es importante celebrar una de las fiestas más importantes del calendario romano como es el Corpus Domini o Corpus Christi.

Esta fiesta -con arraigo en algunos lugares como San Vicente de Alcántara (Badajoz)- conmemora el Cuerpo de Cristo, dicho de otro modo, la última cena de Jesús con los Apóstoles cuando convierte el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre. Y que tras hacerlo y dárselo a sus discípulos es cuando pronunciaba aquella frase: <<Haced esto en memoria mía>>. Esta fiesta se potenció por la Contrarreforma (siglo XVI) como un modo explícito de contraatacar y combatir los efectos de la Reforma protestante promovida por Lutero (y sus supuestas herejías) que dudaban y hasta negaban el milagro de la Eucaristía.*

*Fiestas Sagradas, Jesús Callejo, 1999.

Fuente: Zona Pastoral de la Feria


Así que, hablamos de una de las fiestas más populares de la cristiandad, ya que el Corpus Domini conmemora el milagro de la eucaristía, con solemnes procesiones que recorren las calles de algunas ciudades (como en Roma con el mismo Papa presidiéndola). Pero también tiene una interpretación más mítica en torno a los sacrificios humanos, por eso de que el vino se convierte en sangre y las hostias consagradas que sudan sangre.

La zoología mística alrededor del Corpus

Hay un dicho popular que dice <<Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión>>, esto convierte al Corpus en una de las fietas más solemnes. Hace pocos lustros estaba considerado hasta día no laborable, donde una gran procesión religiosa se hacía presente en algunos pueblos y ciudades españolas con criaturas que procesionaban y que serían más propio de un desfile de Carnaval o del terror, como gigantes y cabezudos en la mayoría de los cortejos de Cataluña. Y es una procesión donde ciertos animales tienen bastante presencia en la simbología mística de esta festividad, como es el águila, el dragón, el buey, el león,... o la tarasca.

Los antiguos bestiarios recogen la historia de la tarasca unida al mito del Corpus Christi como esa representación monstruosa, oscura o demoníaca que tiene que ser vencida por una deidad, por un ángel o emisario de la luz. Por eso el Corpus Christi es proclive a una manifestación teatral donde se representa un sacrificio, la del monstruo que acecha al pueblo para que gane la luz. La Iglesia tuvo que recurrir a una simple actuación teatral, de género fantástico, para engrandecer aún más su creencia, cuando el teatro tenía todavía un sentido religioso-pagano en la antigua Roma -por la cantidad de desenfrenos que mostraba- y porque al final tuvieron que rendirse a los efectos favorables que tenía el teatro como transmisor de ciertas <<verdades>> y misterios cristianos, como la muerte y resurrección de Cristo (en Paacua), el nacimiento de Jesús (en Navidad) y as procesiones donde había una lucha entre el Bien y las fuerzas del Mal (en Corpus Christi).**

*Ibid.

Retablo del Corpus Christi.// Fuente: MNAC


Nos dice Callejo en su entretenido libro que, al llegar el cristianismo al mundo mediterráneo, las festividades paganas de primavera fueron poco a poco asimiladas a las fiestas religiosas del Corpus, de tal manera que en España y el resto de Europa, en la época medieval y posterior, solían aparecer con frecuencia pantomimas de dragones en las procesiones del Corpus, de las cuales quedan ya muy pocos vestigios en las fiestas actuales, pues, de manera inexplicable, fueron desapareciendo paulatinamente. De hecho, el pasado 23 de abril se conmemoraba una vieja leyenda de un guerrero (San Jorge) matando a un dragón, pues se celebraban en primavera, coincidiendo con las del Corpus.

En otras ocasiones, el dragón del Corpus aparece totalmente desligado de su primitivo carácter ritual, eminentemente de lucha y otras veces agrícola, reduciéndose a una mera presentación lúdica, como ocurre con el dragón del Corpus de Granada o el de Sevilla. La de Toledo llevaba encima una figura femenina conocida popularmente por Ana Bolena. La de Cádiz en el siglo XVIII era un Serpentón, el Corpus de Segovia, por su parte, andaba acompañado de varias tarasquillas y poco a poco se han dejado de representar éstas y otras más: la de Palma de Mallorca, Astorga, Tudela, Valencia, Lleida, Cervera, Lisboa, Coimbra, y alguna, como la de León, han desaparecido hace apenas medio siglo.***

***Ibid.

El Corpus de Sevilla con gigantes y cabezudos. // Fuente: ABC de Sevilla


Y la de Badajoz... una tarasca que se escondía en un molino

La tarasca procede de la tradición francesa. En el Diccionario de la Lengua Española se la define en primer lugar como "Figura de serpiente monstruosa que se pasea en algunas partes en la procesión del Corpus". La UNESCO decidió incluir a la tarasca en el listado del "Patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad". Cada 29 de junio hay una festividad especial en la localidad provenzal de Tarascón dedicada a la tarasca y Santa Marta.

Este ser nace en un relato del siglo XIII donde se cuenta como la tarasca aterrorizaba a los habitantes de un pequeño pueblo provenzal, en el sur de Francia, a las orillas del río Ródano, y fue Santa Marta la que liberó a los lugareños de aquel acoso. En esa leyenda se la describe como "un dragón cuyo cuerpo mas grueso que el de un buey y más largo que el de un caballo, era una mezcla de animal terrestre y de pez; sus costados estaban provistos de corazas y su boca de dientes cortantes como espadas y afilados como cuernos. Esta fiera descomunal a veces salía de la selva, se sumergía en el río, volcaba las embarcaciones y mataba a cuantos en ellas navegaban. Teníase por cierto que el espantoso monstruo había sido engendrado por Leviatán (que es una serpiente acuática ferocísima) y por una fiera llamada onaco u onagro, especie de asno salvaje propio de la región de Galacia, y que desde este país asiático había venido nadando por el mar hasta el Ródano, y llegado a través del susodicho río al lugar donde entonces se encontraba".

La tradición de la tarasca está siempre relacionada en lugares de España con la procesión del Corpus Christi. Esta celebración de toda la Iglesia Católica se realizaba entre invierno y primavera, por la cercanía temporal con el tiempo carnavalesco. La primera mención de la Tarasca en España a la fecha de 1530 y la sitúa en Sevilla, donde se encarga a un artesano de cambiarle al monstruo la lengua que, probablemente, era la parte del cuerpo que sufría más deterioro pues con ella engullía los sombreros de la gente que estuviera descuidada contemplando la comitiva.

El Dragón de Santa Marta, al que el pueblo llamaba 'La Tarasca' // Fuente: Semanario La Comarca


El relato de la Leyenda de la Tarasca en Badajoz nos cuenta que “las tarascas son culebras de tierra que al intentar atraparlas, usan su cuerpo a modo de látigo, anclándose con la cabeza, soltando fuertes zurriagazos que por estas tierras llaman tarascazos o tarascadas...” “... el Molino de la Tarasca, fue constantemente morada de la figura de serpiente monstruosa, que siempre precedía a la procesión del Corpus; reptil al que de vez en cuando echan guindas los teólogos, y rastrero animal del que dice un adagio, refrán o proverbio castellano, que asiste de incógnito a todas las funciones populares”. Gran fama alcanzó una de ellas, de grandes dimensiones al parecer y apetito aún más voraz. Gran sentimiento debió dejar, si alguna vez se fue, para que su nombre perdure, y aún lo haya fijado en una construcción, antaño destacada y útil, y hoy resistiéndose a desaparecer, casi oculto en la tierra como el animal que le renombró.*


*Historias singulares de Badajoz, Álvaro Meléndez, 2020.


El molino de la Tarasca (Badajoz)

Pequeño caserío rural de origen Romano que estuvo prestando servicio hasta 1760. No se trataba de un molino de primer orden como hoy en otras zonas del río Guadiana en su dirección hasta Portugal. Pero tiene una leyenda curiosa por ser la morada de la una serpiente monstruosa. Estas míticas figuras están relacionadas con la celebración del Corpus, que en Badajoz se realizaban como una procesión que alcanzaba la puerta de Sevilla, o Puerta de la Trinidad, por su convento, por donde los participantes salían disfrazados donde se simulaban las acechanzas del Diablo, simulando su expulsión y retrocediendo ante la Luz Divina.

Esta celebración se realizaba en mayo o principios de junio en el siglo XVI, y con la ingente calor que ya tenía la ciudad en la época los jóvenes se refrescaban en el río Rivillas, precisamente en la confluencia con el arroyo de Calamón, junto a los molinos, lugar donde había higueras y terrenos comunales con jugosos frutos. La leyenda de la Tarasca comienza a relatarse cuando en medio de esas algarabías y jaranas que se montaban con esa festividad, faltaban algunos jóvenes en la ciudad. En verdad se quedaban rezagados por los vapores del alcohol, o porque andaban en tratos ruines con hetairas de medio pelo. Entonces es cuando se hablaba que esta criatura del Diablo salía de su refugio, y en el fangoso lecho del arroyo la Tarasca se llevaba esas almas al infierno.

Corría el año 1480 cuando una noche oscura y lluviosa en la que caían rayos y truenos, fueron a buscar a su casa al médico judío Cohen. Lo necesitaban en la Albuela para atender al porquero. Cohen se negó, pero los setecientos maravedíes que le ofrecieron terminaría convenciéndole, a pesar de que su esfuerzo de poco sirvió pues el enfermo murió dulcemente después de tomar las hojas de Dedalera que el médico le administró. En el camino de vuelta, sus acompañantes y él aflojaron la marcha para descansar en las cercanías de la ermita de los Mártires (cerca del puente de las Brujas y de la Fuente de los Alunados) cuando escucharon un ruido sobrecogedor. Los caballos comenzaron a relinchar dando saltos de una manera tan enloquecida que Cohen, que no era buen jinete, cayó al suelo en el mismo instante que un extraño animal, parecido a un dragón, lo apresó ante los asombrados y atemorizados ojos de los testigos que nada pudieron hacer cuando vieron como el médico era arrastrado en dirección a la fuente de los Alunados, donde más tarde apareció ahogado. Los acompañantes del judío decían haber visto al bicho huyendo a su guarida: un molino cercano.... en este molino se escondía un extraño animal llamado Tarasca, largo como una serpiente, patas de oso, caparazón de tortuga, y un gran aguijón en la cola. Sólo salía en las noches de tormenta, y lo hacía para devorar a la población…
 

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