¿Qué pasó en Macastre? Con Amós Vanacloig


El equipo de investigadores del Grupo Prometeo lleva investigando casos de crímenes desde hace un tiempo, y el pasado año publicaron un libro que se titula '¿Qué pasó en Macastre?' (Ed. Círculo Rojo) donde recuerdan un caso muy parecido al triple crimen de las niñas de Alcácer pero ocurrido unos años antes y que no tuvo tanta repercusión mediática.
Lo curioso de ese caso son los muchos paralelismos que tiene con el ocurrido en 1992. Hablamos con ese autor y recordamos las claves de aquel triple asesinato.

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Hay pueblos marcados por la tragedia, pueblos pequeños que han sido señalados de por vida por un suceso o una serie de hechos trágicos que sus vecinos de ahora pueden pensar que fueron condenados y que no quieren que se les conozca por ello, pero a veces la historia es así de cruel y es inevitable acordarnos de pueblos como Puerto Hurraco o Alcásser como señalados por la tragedia porque así ocurrió a principios de esos años 90, transmitido en la televisión, con sus cientos de reportajes y vídeo-análisis, películas,… Pues bien, hay otro pueblo pequeño que es recordado por otro caso que quizá aun sin tener la repercusión mediática de los otros anteriores, fue anterior a la irrupción de las televisiones privadas y cuando es recordado encontramos varios paralelismos al famoso caso del triple crimen de las niñas de Alcácer, ¿por qué? Porque se produce en la misma comunidad (Comunidad Valenciana), porque ocurre hace solamente tres años antes del asesinato de las niñas, y porque las víctimas fueron también tres. Y es curioso como el pasado hace muy poco se han cumplido 31 años de la desaparición de Rosario, Valeriano y Pilar, los tres jóvenes que fueron víctimas de esa extraña muerte y que dio origen al “Caso Macastre” y que se ha vuelto a poner de actualidad el mismo año que el “Caso Alcásser” ha tenido un documental muy criticado en Netflix y la muerte de uno de los criminólogos que más tiempo estuvo implicado en él como fue Juan Ignacio Blanco que él siempre dijo en vida que éste y el de Macastre estaban relacionados, siempre. Y, curiosamente, como aquella publicación polémica y famosa que realizó Juan Ignacio Blanco sobre el triple crimen de las niñas que se tituló ‘¿Qué pasó en Alcácer?’ pues la editorial Círculo Rojo publicó a finales del año pasado un libro que se llama ‘¿Qué pasó en Macastre?’, y sus autores son Félix Ríos y Amós Vanacloig.

Según el sumario, el 15 de enero de 1989 fue la última vez que vieron con vida a los menores en un bar de Catadau. Francisco Valeriano Flores Sánchez, de 14 años de edad, Rosario Gayete Moedra, de 15 años, y Pilar Ruiz Barriga, también de 15 años. Se cuenta que estos tres jóvenes llegan a este pueblo en un autobús procedente de Valencia y sus cadáveres se encontraron de la siguiente manera:

  •         ROSARIO GAYETE MUEDRA (15 AÑOS)

Su cadáver fue hallado el 19 de enero de 1989 sobre una cama en una caseta de labranza en el municipio de Macastre.

  •          VALERIANO FLORES SÁNCHEZ (14 AÑOS)

El 6 de abril de 1989, un hombre que buscaba espárragos descubrió el cadáver de Valeriano cerca de la caseta de Macastre.
  •      PILAR RUIZ BARRIGA (15 AÑOS)

Su pie apareció el 27 de enero de 1989 en una calle de Valencia, y el resto del cuerpo fue hallado el 24 de mayo en Turís.

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Rostros de las víctimas del llamado 'Caso Macastre'.

El primer individuo sospechoso de este caso fue un vecino de la localidad que recogió que la Guardia Civil como primera prueba según algunos testimonios que les hicieron llegar a sus dependencias una vez se enteraron de la desaparición. Pero claro, ho hubo pruebas que lo vinculasen a las muertes de los jóvenes ni ningún elemento que procediera a su imputación, aparte de que él mismo negó a los investigadores haber estado con las dos menores el día de la desaparición (15 de enero).

Al igual que ocurre con el ‘Caso Alcácer’, este crimen tiene un rompecabezas difícil de solucionar porque hay muchos factores y variables a tener en cuenta. Pero, como suele ocurrir en la mayoría de casos, el estudio forense puede ser la clave y la que tiene la sartén por el mango en la investigación. Los cuerpos de las dos de las tres víctimas en total de este suceso son encontradas cuatro días después de que fueran vistas en aquel bar de Catadau. Un agricultor encuentra el primer cadáver dentro de una caseta de esa localidad y encima de una cama. 19 de enero de 1989, hace exactamente 31 años. In señales de violencia, los forenses descubren que ese primer cuerpo tenía pantalón desabrochado y  presenta sangre en la zona genital y una sustancia parecida al semen. Por lo tanto, la violación estaba claro como primera clave aunque la autopsia no desveló las causas de la muerte (aparte de que la Guardia Civil tardó varios días en identificar el cadáver al no llevar carnet de identidad).

Llegamos al 27 de enero de 1989, y se produce un macabro hallazgo (¡ojo!) en la calle Alcácer de Valencia cuando una mujer encuentra un pie junto a la puerta de un local comercial. Aquel pie pertenecía a Pilar y parece ser que fue cortado por una sierra mecánica, hecho corroborado cuatro meses después cuando apareció el resto del cuerpo y ya se pudo hacer la autopsia. El cadáver de Pilar se descubre el 24 de mayo cuando cuatro niños que jugaban cerca del canal de Turís encuentran un cadáver que tenía la cara desfigurada, le faltaban un pie y una mano y junto al cuerpo se encuentra una funda como de un machete. Lo curioso de este hallazgo fue que días antes se detectó una llamada de una persona anónima alertando donde estaba el cadáver y describió el lugar exacto situado en un canal de la carretera que une los pueblos de Godelleta (de donde eran aquellos cuatro niños que jugaban cerca) y Turís.

Y el cadáver de Valeriano no fue descubierto hasta el 8 de abril, cuando un hombre que buscaba espárragos en Macastre lo descubre en un terraplén de arbustos, justamente a unos 400 metros de la caseta donde fue hallada en primera instancia Rosario (novia de éste), y lo encuentran con varias ramas secas colocadas encima como para taparlo de mala manera. La víctima estaba colocada sobre un plástico grueso y hallaron cerca una vela cilíndrica del mismo tamaño y color que otras muchas encontradas en el interior de la caseta (no sabemos si para iluminar la estancia o como parte de algún ritual). El estrangulamiento pareció ser la causa de la muerte de Valeriano.

¿Sospechosos de este caso? Muy pocos. Primero fue aquel vecino que se descartó una vez se comprobó su coartada y el segundo fue un traficante llamado ‘Wichita’ que también se descartó. Así que, una vez que ya no hubo implicados y no supieron a quién culpar, este caso se archivó.

Las primeras investigaciones de la Guardia Civil relacionaron a los jóvenes con las drogas y consideraban sus muertes como un accidente debido al consumo de sustancias tóxicas como el benzol (muy de aquella época).

Curiosidad: el bar donde se les vio por última vez a los tres jóvenes es el mismo donde se vio a Antonio Anglés y Miguel Ricart comprando unos bocadillos la misma noche que desaparecieron las niñas del Alcásser.

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Famoso bar 'El Parador' donde fueron vistas por última vez las víctimas del Caso Macastre y también a Antonio Anglés y a Miguel Ricart antes de la desaparición de las niñas de Alcácer. // Fuente: elcrimendealcasser.wordpress.com


ENLACES:
 http://www.luchacontraelcrimen.com/ [sobre el proyecto Prometeo]


 

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