La beatificación de Carlo Acutis

El pasado 10 de octubre se beatificó al joven Carlo Acutis, fallecido en el año 2006 debido a una leucemia y considerado uno de los primeros 'influencers' de la Iglesia católica por su amor a la religión y por su manejo con la informática.

Desde 2018 se viene hablando de si su cuerpo verdaderamente está incorrupto o no y el debate ha vuelto a abrirse ahora que se ha santificado.

El doctor Miguel A. Pertierra nos aclara este caso y sobre la incorruptibilidad del cuerpo.

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El pasado 10 de octubre se procedió a la beatificación del joven Carlo Acutis, un joven de 15 años que murió en Monza el 12 de octubre de 2006 a causa de una leucemia mieloide crónica y que se le atribuye el milagro de la curación de una enfermedad terminal a un niño de nacionalidad brasileña.

Nació en Londres en 1991 (aunque se le considera más italiano que británico debido a que su familia procede de Lombardía), y desde muy pequeñito recibió formación en escuela católica y sintió verdadera devoción por la Eucaristía y la Virgen María a la que consideraba “la mujer de su vida”. Se interesó bastante por los fenómenos de las apariciones marianas de Lourdes y de Fátima y fue un apasionado de la vida de algunos santos que tomó como modelos como Francisco de Asís, Antonio de Padua o Domingo de Savio. Era tal la curiosidad y el interés en temas relacionados con las creencias y el catolicismo que hasta su madre tuvo que recibir clases de teología para poder charlar con él de madre a hijo porque no le interesaba otra cosa.

La otra pasión que despertó fue la de la informática. Le gustaba muchísimo las tecnologías de la información y se sabe que creó una página web de la parroquia donde colaboraba y que ayudó y enseñó a muchas personas pocas entendidas en la materia sobre ordenadores y el uso de Internet. De hecho, lo consideran el primer “influencer” católico que existe porque utilizaba Internet para promulgar la palabra de Dios y la fe siendo tan joven y tan entusiasta por el tema de la religión.

A principios de octubre de 2006 se le diagnostica una leucemia de tipo M3 que es la más agresiva de todas y él asume que ese debe ser su final y por eso no teme a la muerte porque sabe que se podrá reunir con el Señor y muestra una tranquilidad hacia sus padres y hacia su triste final muy impropios de un niño de su edad. Pidió que su cuerpo fuera sepultado en la ciudad italiana de Asís, y así se hizo.

El 5 de julio de 2018 se le declara ‘venerable’ por el papa Francisco y es ahí cuando se descubre el estado de incorruptibilidad cadavérica “bien integrado” al exhumar su cuerpo. En la página de Wikipedia dedicada a su figura se dice literalmente: “Con el propósito de preservar su cuerpo fue sometido a un proceso de embalsamamiento y su rostro fue reconstruido utilizando una máscara de silicona que recreó su apariencia para la posterior exposición”. Entonces es aquí cuando se produce una verdadera confusión ya que esa reconstrucción que no se explicó en el momento en el que trascendieron las imágenes donde se vio el cuerpo de Carlo, pues se pensó que esto era todo un milagro de “cuerpo incorrupto” como otros casos que se han contado en la historia del catolicismo. (De hecho, se le ve con sus ‘jeans’ y zapatos deportivos que le gustaba vestir). Ya el obispo Domenico Sorrentino señaló el pasado día 1 de octubre cuando se abrió su tumba para exponer sus restos reconstruidos a la veneración de los files (ya que por ejemplo su corazón se conserva en un relicario que se quedó en la basílica inferior de San Francisco) “que las noticias que circulaban en torno a las reliquias del beato Carlo Acutis no respondían a la verdad al decir que el cuerpo haya sido encontrado incorrupto (...) el cuerpo, si bien transformado, pero con varias partes todavía en su conexión anatómica, fue tratado con técnicas de conservación y de integración normalmente practicadas para exponer con dignidad a la veneración de los fieles los cuerpos de los beatos y de los santos. Una operación que se llevó a cabo con arte y amor. La reconstrucción de la cara con una máscara de silicona fue particularmente exitosa».

El papa Francisco aprobó un milagro atribuido a Carlo Acutis el pasado 21 de febrero de 2020 consistente en una curación inexplicable de un niño en Brasil un 12 de octubre de 2010 que sufría de una especie de enfermedad rara producida en el páncreas anular que le producía vómitos continuos y debilidad general en todo el cuerpo y se cuenta que cuando este niño acude junto a su abuelo a la parroquia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur) tocó la reliquia de Carlo Acutis pidiendo a gritos su deseo de dejar de vomitar como así le había sugerido su abuelo minutos antes y a partir de entonces, se cuenta, ya no volvió a vomitar más. En febrero de 2011 le realizaron pruebas médicas a este niño y milagrosamente ya no sufría esa enfermedad congénita y el niño acabó con ese calvario de los vómitos y de una muerte que parecía más que segura.