60 años del asesinato de JFK: ¿Quién fue el verdadero culpable?

 En esta sección recordamos la curiosa efemérides que se ha cumplido justo en este pasado mes de noviembre de 2023: los 60 años de uno de los magnicidios más mediáticos e impactantes del siglo XX.

Analizamos lo que ha dicho Paul Landis, ex agente secreto, que estuvo presente en aquel fatídico momento cuando dispararon a John Fitzgerald Kennedy, y además recogió una de las balas. El reciente libro que ha publicado ha vuelto a traer a la palestra la teoría de si Lee Harvey Oswald de verdad pudo actuar solo o no en aquel tiroteo.

También contamos otras declaraciones curiosas que ha hecho el cineasta Oliver Stone, quien ha realizado una película y un documental sobre el tema y siempre ha pensado que hubo una teoría de la conspiración detrás.


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El pasado 22 de noviembre de este año (2023) se cumplió exactamente el 60 aniversario de aquel famoso tiroteo ocurrido en Dallas en 1963 y que alcanzaron al presidente John F. Kennedy cuando recorría la ciudad con su mujer en un coche descapotable dejándonos una de las imágenes más icónicas y perturbadoras del siglo con ese asesinato que pudo verse en vivo y en directo de un presidente de Estados Unidos.

Uno de los agentes del Servicio Secreto que presenció aquel acto y que actuó fue Paul Landis, quien ha estado dando mucho que hablar por la publicación de un nuevo libro sobre aquel acontecimiento y sobre la propia teoría que él tiene de aquel magnicidio más famoso de la historia moderna. Su función era la de proteger a Jackie Kennedy, esposa de JFK, que según confesó Landis “ella en todo momento quería permanecer al lado de su marido”.

Este hombre guardó una de las balas que se dispararon en su bolsillo con la intención de entregarla más tarde a algún responsable. Y con ello, tenía una gran evidencia para su estudio balístico. El mismo Landis confesó en una entrevista a ABC que «Dejé el Servicio Secreto seis meses después del asesinato, luchando con pesadillas constantes, como si aquel día se repitiera en mi cabeza». Y afectado por un estrés postraumático intenso, no leyó nada relacionado con el asesinato durante varios años.*

Paul Landis

*Fuente: https://www.abc.es/internacional/agente-vio-asesinato-kennedy-pone-duda-version-20231122185648-nt.html

Paul Landis confesó a la misma publicación que siempre sabía que necesitaría hablar, contar su historia. Todo comenzó cuando leyó un libro titulado ‘Seis segundos en Dallas’ (1967, Josiah Thompson), que contaba esa teoría de que hubo más de un tirador involucrado. Cuenta que al ver la foto de una bala prístina (pura) en ese libro, supuestamente encontrada en la camilla del gobernador de Texas John Connally (quien también salió afectado por los disparos) algo se removió dentro de él. “Esa bala me llevó de vuelta a la limusina del presidente y a la decisión que tomé aquel día, de colocarla yo mismo en la camilla de Kennedy”, según confiesa. Entonces él se preguntó si había hecho lo correcto, si debió haber hablado antes.*

'Seis Segundos en Dallas', Josiah Thompson (1967).

*Ibid

Landis es de los que cree que Oswald actuó solo, pero el que hubiera otra bala intacta en el coche pone en duda las conclusiones oficiales. Aun así, en la misma publicación insiste en que “es hora de que la verdad salga a la luz y, en la medida de lo posible, lleguemos a una resolución”. Y esa bala, según el informe de la Comisión Warren, fue la que causó múltiples heridas tanto a Kennedy como al gobernador Connally.

Paul Landis ha publicado el libro 'El último testigo: una agente del Servicio Secreto de Kennedy rompe su silencio después de sesenta años', Chicago Review Press, octubre de 2023.

«En 1963 la democracia estadounidense se fue por el retrete», Oliver Stone

El asesinato de John F. Kennedy, nos dice Oliver Stone, no fue obra de ningún loco francotirador solitario, sino un plan finamente ejecutado por parte del estado de seguridad nacional, la CIA y el FBI.*

Oliver Stone

Fuente: https://jacobinlat.com/2023/11/22/en-1963-la-democracia-estadounidense-se-fue-por-el-retrete/

Oliver Stone ha sido siempre de los más incisivos con el asesinato de JFK, hay que recordar la película que realizó en 1991 con el mismo nombre y hace dos años sacó otro documental llamado JFK: Caso revisado (2021) (JFK Revisited: Through the Looking Glass)*, y en él se atreve a ir más allá de la primera película que realizó en los noventa porque aquí intenta descifrar el caso y revelar quiénes fueron los grandes artífices del asesinato de Kennedy.


* https://www.imdb.com/title/tt11173544/

En una entrevista reciente publicada en el portal jacobinlat.com, cuenta que el Congreso estadounidense aprobó en 1992 la Ley de Recogida de Registros del Asesinato del Presidente John F. Kennedy (conocida como ley ARCA) y esta ley lo que establecía, según Stone, que “un grupo de ciudadanos examinaría los registros —no todos, pero sí buena parte de ellos—, luego tendrían acceso a ellos y podrían desclasificarlos. La Junta de Revisión de Registros de Asesinatos duró hasta 1998, funcionó durante cuatro años, y luego se quedó sin dinero […] el juez del tribunal de distrito de EE. UU. y presidente de la Junta de Revisión de Registros de Asesinatos, podría haber durado mucho tiempo, porque había mucha información. Pero hicieron lo que pudieron, y realmente hicieron un muy buen trabajo. Y por eso queríamos llamar la atención sobre ello en la película”.

Oliver Stone continuó diciendo: Pero no nos engañemos sobre el gobierno, los representantes —entre ellos, Joe Biden— que votaron a favor y que recientemente volvieron a clasificar los archivos por otros años. Cedieron a la presión pública: mucha gente escribió cartas y estaba molesta. Una de las razones de la molestia era que los archivos del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos (HSCA) estaban cerrados hasta 2039, creo. Pero no los han abierto. El Comité Selecto de la Cámara de Representantes no ha entregado esos archivos. Tampoco hemos visto los archivos de la CIA, que son muy importantes. Y estoy hablando de los agentes alrededor del caso, alrededor de la comunidad cubana. Gente como George Joannides y David Atlee Phillips. E. Howard Hunt —quien confesó en su lecho de muerte muchas cosas que estaban sucediendo—, así como William Harvey, que era un agente muy importante en la central cubana en Miami, estaba alrededor de este asesinato y era un verdadero odiador de Kennedy. Estas personas eran importantes. Pero también, más importantes, fueron Allen Dulles y Richard Helms. Estos tipos eran los verdaderos peces gordos.

En esa entrevista, el cineasta comentó otros aspectos interesantes como el que Kennedy quiso retirarse de Vietnam, a partir de las reuniones de la Secretaría de Defensa del Pacífico a principios de mayo del 63. Descubrimos que Lee Harvey Oswald tenía las huellas de los servicios de inteligencia desde hace años. Habían estado leyendo el correo de su madre durante tres o cuatro años. Era un agente o algún tipo de contacto con la CIA. Y estaba protegido. Porque regresa de Rusia, nadie habla con él, nadie lo interroga. Pero es enviado a varias misiones, en Nueva Orleans, Fort Worth y Dallas, hasta que pueda ser utilizado. Tienes todas las pruebas de la autopsia, que ya conocíamos entonces, pero ahora están más confirmadas que nunca. Que había un gran agujero, una herida de avulsión en la parte posterior del cráneo de Kennedy en el lado derecho, lo que indica claramente un disparo de frente [N. del E.: El edificio del depósito de libros de la Escuela de Texas, desde donde supuestamente disparó Oswald, estaba detrás del presidente]. Esto pone en vergüenza a la Comisión Warren, y así arribamos a la cuestión de que en realidad era más una «Comisión Dulles» que una Comisión del Presidente de la Corte Suprema Earl Warren. Dulles controló gran parte de los procedimientos y se aseguró de que la CIA no revelara ninguna información. Ni siquiera sabían que había planes de asesinato en Cuba. No conocían la historia de los asesinatos de la CIA. Se les mantuvo en la oscuridad. Se habló con las enfermeras, con toda la gente del Hospital Parkland [donde murió Kennedy]. Hablamos con los agentes del FBI James Sibert y Francis O’Neill, por ejemplo, que estuvieron en la autopsia de Bethesda [de Kennedy] y con sus propios ojos testificaron el agujero, la herida en la parte posterior del cráneo de Kennedy. Y cuando al fotógrafo oficial John Stringer se le preguntó de nuevo si estas eran sus fotos de la autopsia, dijo: «Claramente, no. Esta no es mi película». Además, en la toma, en el coche abierto, se veía el cráneo volando. Pedazos: el fragmento de Harper fue encontrado en la calle al día siguiente [por William Harper en Dealey Plaza] y no fue admitido como testimonio [N. del E.: Los teóricos de la conspiración consideran que el fragmento de Harper es una prueba de que a JFK le dispararon de frente, desde el famoso montículo de hierba]. El testimonio de las tres mujeres [en el edificio del Depósito de Libros de la Escuela de Texas], las tres secretarias —muy importantes, porque prestaron atención a los detalles— en el momento en que se producen los disparos, están en el cuarto piso, dos de ellas corren hacia abajo, en un minuto y nunca ven a Oswald en la escalera. Entonces Dorothy Garner, su supervisora, una mujer mayor, que también es muy brillante, va al borde de la escalera y no ve a Oswald cuando mira hacia abajo. ¿Cómo hace Oswald para bajar del sexto piso al primero en un minuto, incluso menos? No puede esconder el rifle, ni hacer todo lo que se supone que hizo en el sexto piso. Lo que me lleva a creer que ni siquiera estaba en el sexto piso. Mucha gente ha dicho eso ya, y yo lo creo, pero definitivamente la forma en que las balas fueron colocadas, la forma en que el rifle fue dejado, sin huellas dactilares… nada podría haberse mantenido en la corte. No hay huellas dactilares en el rifle, ¡no es el mismo rifle! No son las mismas balas. Vamos con todo eso. Todas las pruebas originales desde el primer día estaban corrompidas. Todo esto, él insiste en esa entrevista, lo ha descubierto gracias a la ley ARCA y a otras fuentes que utilizó para aquella película de 1991.

Otra de las teorías más escalofriantes que ha estado planteando Stone desde el estreno de la película en 1991 es la de que hubiera habido <<dos Oswald>> involucrados en dos intentos de asesinato de Kennedy, uno en Tampa (Florida) y otro en Chicago. En esos dos intentos, Stone cuenta que esos supuestos tiradores tenían el mismo perfil que Oswald: “marines, fueron a Rusia, volvieron, y parecían tener conexiones con la agencia [CIA]”. El modus operandi – sigue contando – parece que fue similar al que finalmente se produjo en 1963: “En ambos casos había un edificio alto por el que debía pasar la comitiva, el edificio alto era perfecto para frenar el vehículo, como ocurrió en Dallas, y el asesinato se habría producido. La de Chicago no siguió adelante porque el Servicio Secreto fue avisado y Kennedy canceló el viaje. En Tampa sí se llevó a cabo, y no pasó nada. Pero se habló mucho. En otras palabras, eran lugares de asesinato parecidos, exactamente iguales, con el mismo tipo de perfil. Y además, estos dos hombres también se habían unido al Fair Play for Cuba Committee (Comité de Juego Limpio para Cuba) y estaban involucrados en actividades procastristas. Porque quien fuera a cargar con la culpa del asesinato, tenía que tener vínculos con Castro. Lo que indica que estaban tratando de culpar a Cuba y a la URSS por el asesinato”.


El próximo año 2024, un ‘Kennedy’ se quiere presentar a las elecciones norteamericanas: Robert F. Kennedy (69 años, hijo Bobby Kennedy, también asesinado en 1968). ¿Desvelará algún secreto más si finalmente es el candidato elegido?







 

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