TRENES FANTASMA

Si por algo ha pasado a la historia Abraham Lincoln fue por sus visiones entre premonitarias y casi fantasmales. Están escuchando de fondo el traqueteo de un tren a vapor, un medio de transporte ya casi olvidado, ¿verdad? El invento que comenzó la Revolución Industrial, el primer medio de transporte globalizado por excelencia y hay muchas películas americanas que siempre recuerdan de forma anecdótica y curiosa el efecto que tuvo el primer medio de locomoción en el país, casi igual que en otros países. Lo que supuso fue la primera forma de conexión de personas entre estados y largas distancias. Y ese medio de transporte ya olvidado porque ha evolucionado a otros de mayor rapidez y con otro estilo tecnológico ya es casi un fantasma del pasado, y de hecho, es como un fantasma como se sigue apareciendo en algunos lugares.



Tenemos que retrotraernos al siglo XIX, el siglo donde nace el espiritismo, las hermanas Fox fueron las pioneras en crear esa fascinación por la comunicación con el Más Allá y por entonces personas de cualquier rango se interesaron en este aspecto, sin excepción. Sin ir más lejos, ya que estamos hablando de Abraham Lincoln, su esposa, Mary Todd, se interesó mucho en aquellas primeras sesiones de contacto para buscar el alma de aquel hijo fallecido que tuvo con el decimosexto presidente de la era estadounidense. En un principio, Lincoln no era partidario ni creyente de esta nueve corriente, pero sí reconoció a lo largo de su vida que fue testigo de fenómenos extraños. Dijo que una vez se vio a sí mismo en una imagen doble en el espejo (recuerden que los espejos son herramientas de comunicación con ese otro lado de la frontera como muchas veces se ha reflejado); aquella visión le desconcertó mucho, porque nunca supo a qué se refería el verse reflejado por partida doble. Pero si tuvo una experiencia que acabó siendo recordada por las generaciones venideras fue aquel sueño en la que presenció un funeral en plena Casa Blanca donde cobijaba con su esposa, al acercarse a la habitación donde se producía el acto preguntó a uno de los guardas que estaban en la puerta qué es lo que había pasado y éste le dijo que el presidente había sido asesinado. Después de tener aquella visión (abril de 1865), el presidente Abraham Lincoln fallecía en el Teatro Ford de Washington de un disparo en la cabeza por un tal John Wilkes Booth. Él ya supo con antelación que la desgracia iba a suceder hacia su persona por eso después de su muerte las campanas de todo Washington sonaron al unísono, las banderas se bajaron a media asta y la nación, se quedó en completo luto, su presidente, había fallecido y él ya lo sabía de antemano.

Recreación del sueño premonitorio que tuvo Lincoln antes de ser asesinado.

¿Fue un privilegiado por saberlo de antes? ¿Está la mente humana preparada para vivir su muerte con antelación? ¿Cómo se interpretaban los sueños como el de Lincoln en ese siglo? Estamos hablando del siglo donde se reforzó el interés por el contacto con las almas perdidas, así que la relación estaba muy clara. ¿Y qué tiene que ver la historia que todos conocemos de la muerte de Lincoln y de su sueño con el asunto de los trenes? Pues muy sencillo, como he dicho antes, el ferrocarril era el medio de transporte por antonomasia, y era capaz de conectar lugares a miles de kilómetros de distancia en tiempo récord en aquellos tiempos y precisamente la gran noticia del asesinato de Lincoln produjo que se creara un cortejo fúnebre usando uno de esos antiguos trenes, y viajaría en una sola ruta de más de 2 mil seiscientos kilómetros que fue precisamente la ruta que hizo el mismo Lincoln cuando era presidente. Esa ruta pasaría por ciudades y pueblos destacados donde la gente iba a tener la oportunidad de ver el féretro de su máximo representante, así que en aquellas viejas vías de tren, en una gran parte del mapa de Norteamérica se iba suceder el primer tren fúnebre de la historia.

No sólo en ese tren viajaba el solitario cadáver de Lincoln, sino que se exhumaron los restos de su hijo Willie para que pudieran hacer un último viaje juntos en uno de los mayores inventos por entonces del hombre. Nueve vagones componían aquel gran tren, y precisamente era el último el que se convirtió en el gran cortejo mortuorio del que una vez fue el vagón presidencial de Lincoln, simplemente lo que se hizo fue cambiar el mobiliario, vestirlo completamente de luto y con velas y colocar dentro los dos féretros de padre e hijo Lincoln. Ese tren sólo paró una vez, en Poughkeepsie, justo antes de llegar a Albany (Nueva York), y fue una gran oportunidad para los habitantes de aquella pequeña localidad de ver el parado el tren fúnebre de Lincoln. Un acontecimiento que sólo se puede ver parado esa vez, pero que otras veces pasaba, a una velocidad en la que apenas se le podía dedicar una oratoria a su cadáver. El tren pasaba rápido, como el último viaje del presidente Lincoln pero sin poder saludar con la mano.

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En total ese tren llegó a pasar más de cuatrocientas comunidades hasta llegar al destino final de los dos féretros que era el cementerio de Oak Ridge, en la ciudad de Springfield (Illinois). Y cuenta la leyenda de viejos lugareños que hasta los relojes se pararon cuando llegó ese tren negro que contenía los cuerpos del antiguo presidente y su hijo fallecido muy joven. Durante el viaje, el cuerpo de Lincoln tuvo que ser colocado y movido varias veces por el traqueteo del tren, aparte de que hubo un complot para robar su cuerpo que nunca llegó a producirse y es curioso el destino final que tuvo ese vagón en el que viajó ya una vez muerto, acabó cambiando de propietario años después hasta que acabó siendo víctima de un incendio en un área cerca de Minneapolis donde reposaba almacenado, triste final también para el gran rectángulo que llevó consigo en su interior la tumba de Lincoln.

Después de aquello no se crean que nunca más se volvió a hablar del tren fúnebre de Lincoln, del adjetivo fúnebre pasó a llamarse “el tren fantasma de Lincoln”, de la gran conmoción que produjo en muchas personas ver aquel enorme tren de color negro viajando a velocidad moderada por las vías del basto país sin pararse sembró la dichosa leyenda de que más de uno volvió a ver pasar ese viejo tren de mismo aspecto con un cortejo de almas vestidas de soldados de la Unión que aguardaban aquel féretro cubierto con la bandera americana donde reposaban los restos de Abraham Lincoln. Visiones que llegaron a publicarse en la prensa de la época como por ejemplo recogió muchos años después el diario “Albany Evening Times” (1978) que decía así:

“El tren siempre aparece en Albany el 27 de abril, en el aniversario de su primer paso. A media noche – siempre a medianoche – el tren aparece en la oscuridad, moviéndose silenciosamente por las vías con su crespón negro, que fluye de sus lados, y emitiendo sonidos débilmente audibles de música fúnebre. Quienes han llegado a ver el tren fantasma dicen que se desplaza sobre una alfombra negra que parece cubrir las vías, mientras que soldados espectrales de uniforme azul del ejército de la Unión lo acompañan. La aparición fantasmal se desplaza hasta desaparecer de la vista en el horizonte.”

Hasta los mismos vigilantes de las paradas de ferrocarriles han admitido más de una vez sentir la sensación de que un cortejo fantasmal ha pasado más de una vez por aquellas viejas vías, siempre en medianoche, siempre en un mes de abril; parece que en esa franja horaria y en ese mes el tiempo se detiene como cuenta la leyenda, los relojes se paran, suenan silbatos y aparece un humo fantasmal reconocible de una locomotora pero nunca se deja ver, así lo recogen algunos informes y así es como prosigue esta leyenda.



No sabemos si la gran conmoción que sufrió el país ante el terrible asesinato de Lincoln y la forma en cómo se desplazaron sus restos quedó marcado de alguna forma en la población que pudieron crear esa leyenda o mito fantasmal que recuerdan a viejas leyendas de nuestro país como la Santa Compaña pero en este caso con la tecnología de entonces presente, el tren. No es el único caso histórico que existen de “trenes fantasmales”, ya que tristemente en la historia de este transporte no ha sido tampoco maravillas: ha habido trenes descarriados o víctimas de accidentes mortales, ya estamos hablando básicamente de los prototipos más modernos y ya saben que siempre que ocurre alguna desgracia ésta queda reflejada de alguna forma en el inconsciente colectivo que hace que se vuelva a repetir manifestándose de alguna forma etérea que desconocemos. Por ejemplo es curioso conocer como en una pequeña estación de Estocolmo, Kymlinge, se han contado varias historias sobre un tren que pasa a toda velocidad en la media noche y que si alguien sube a ese tren que puede verse perfectamente, nunca vuelve a bajar de él ya que viaja (según cuenta la leyenda del lugar) junto a otros fantasmas a su destino desconocido por esas vías y que acaba en esa estación fantasma de Kymlinge.

Si hablamos de trenes fantasmas, sus estaciones obviamente tienen que ser mencionadas, y fijáos que curioso la cantidad de leyendas que puede haber en muchas de ellas que en Singapur, la Bishan MRT, se construyó encima de un antiguo cementerio por lo que desde que se abrió en el año 1987 ha sido objeto de las más diversas leyendas que cuentan haber visto legiones de fantasma subiéndose y vagando por esa estación, de pasajeros quejándose de que algunos de ellos eran atacados y reprendidos por esas almas inertes e incluso de escuchar golpes en el techo de los trenes mientras se viajaba en uno que partía de aquella misma estación.

Los relatos de locomotoras antiguas que se escuchan en la noche con su peculiar traqueo también han sido escuchadas en Gran Bretaña, en estaciones como la de Tywyn en Gales, una estación ya moderna con servicio de tren moderno, pero cuyo traqueteo, luces y ese peculiar silbato ha sido escuchado en esta zona. Incluso en Londres la historia de los trenes fantasma tuvo una nueva versión con el famoso “Nimbus”, el más usado en la gran capital para convertirlo en chatarra y sustituirlo por los nuevos modelos, y casi como una revancha el peculiar sonido de esa vieja locomotora se ha vuelto a escuchar más de una vez por la vía, incluida la recreación de una vieja explosión de un tren de municiones a finales de la Segunda Guerra Mundial u otro que tuvo un choque mortal en la segunda mitad del siglo XIX y que siguió escuchándose y apareciéndose hasta los años setenta del anterior siglo.


Una bonita paradoja de lo que es el viaje de la vida y de la muerte, la de un tren, una vieja locomotora que ya no se usa, pero que se sigue apareciendo como un antiguo espectro por el que una vez fueron sus vías. En el mundo de lo paranormal no sólo existen las apariciones de los que una vez estuvieron vivos, sino que objetos y transportes en este caso que una vez fue el hito más importante logrado en un siglo por el hombre se ha querido seguir manifestando de alguna forma enigmática y desconocida dentro del misterio de lo que una vez fuimos y ahora casi se nos recuerda. Una bonita forma de mantener el recuerdo vivo, la de un espectro que sigue haciendo su viaje por unas oxidadas y ya olvidadas vías de un viejo ferrocarril. Y ese viaje todavía continúa.

 

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