PROGRAMA 4X14 - BILOCACIÓN ¿Podemos estar en dos sitios a la vez?

LA BILOCACIÓN. Nos adentramos en este fenómeno tan fascinante recordando el entrañable caso de Ramona Llimargas, la que llamaron "monja bilocadora de Franco". Por supuesto recordamos brevemente el famoso caso de Sor María Jesús de Ágreda, y los testimonios de bilocaciones que tiene el padre Pío de Petelcina. ¿Es sólo parte de la leyenda mística y sobrenatural de las creencias o es algo más?

ARCHIVO OCULTO: "El gato espía de la CIA". Durante los años sesenta eran comunes los proyectos de espionaje de todo tipo, incluido usar animales. Fue otra forma de invertir mucho dinero en algo que no salió muy bien.

NOTICIAS: Primeras imágenes visuales de la nueva especie dragón marino rojo; La mítica secuoya Pioneer Cabin Tree es derribada; Turquía prepara proyecto de rehabilitación en Halicarnaso; Pintura rupestre comparada con el famoso "portal de Belén"; Nuevo caso de casi enterramiento en vida y noticia interesante sobre el CSIC.

LA OTRA CARA DEL CINE: "La Tierra de los Muertos Vivientes" (2005). Continuando con la saga zombie herencia de George Romero, continuamos con el comienzo de la nueva readaptación del género fantástico y de terror con esta que también se llamó "El Azote de los Muertos".

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Los famosos ropajes de Sor María Jesús de Ágreda // biombohistórico

El tema de la bilocación tiene de alguna manera a Sor María Jesús de Ágreda como el caso más famoso, quizás mucha culpa de ello tuvo Javier Sierra con su best-seller La Dama Azul pero no es el único, e incluso la Iglesia no lo tiene como el más importante, principalmente porque no fue canonizada. Por eso los casos de San Clemente, San Martín de Porrés, San Juan Bosco, San Antonio de Padua, o el más reconocido, el de San Francisco de Asís, por mencionar solo unos pocos que han sido reconocidos pero con cautela por la Iglesia Católica están dentro del gran misterio de esa cualidad mística y que hace aún más especial la vida de esos santos.

De entre esos nombres mencionados destaca uno que no he mencionado pero que hay centenares de testimonios relacionados con este hecho, el Padre Pío de Petelcina. A este santo se le atribuyen varios milagros como el de parar o producir la lluvia, y con esto se cuentan varias historias como la de un ingeniero que se llamaba Todini le pidió al mismísimo Padre Pío quedarse una noche en su monasterio para resguardarse de unas lluvias torrenciales que estaban cayendo en aquel momento. El pueblo estaba a una distancia considerable de aquel monasterio en el que si salías podrías llegar empapado hasta los huesos, así que ni por esas el padre Pío le permitió a este ingeniero feligrés quedarse pero sí que le dijo “yo te acompañaré al pueblo, aunque no físicamente”. Apesadumbrado, el señor Todini se va de aquel monasterio dispuesto a pasar el mal trago de llegar al pueblo con aquella tormenta y al salir nota una enorme ráfaga de viento que le golpea pero en la que sólo le caen cuatro gotas encima, y cuando llega al pueblo los lugareños se dan cuenta que a pesar de la dura tormenta y de las imparables lluvias, aquel ingeniero llegaba con su ropa completamente seca, por lo que el asombro estaba asegurado. Una forma que tuvo el padre Pío de acompañarle de forma mística arropándolo para que no se mojara. Una historia de principios del siglo XX, donde también se le atribuyen “bilocaciones de voz” cuando muchos de sus seguidores escuchaban dar sus sermones a pocos metros de distancia cuando en verdad estaba mucho más lejos dando una misa. Cientos de testimonios de este tipo se le atribuyen al padre Pío como la manera que tenía de escarmentar a sus seguidores con un bofetón cuando se dormían en plena oración, o también cuando un militar le agradeció personalmente por haberle salvado en el campo de batalla cuando dice que vio una figura de un fraile de rostro pálido y ojos expresivos que le dijo "Sr. Capitán,  alèjese de  ese sitio", y justo al apartarse de esa zona cayeron multitud de bombas y granadas por lo que este militar no tuvo nada que fue el padre Pío quien se le apareció en vida.

Cientos de testimonios le dan a San Pío de Petelcina casos de bilocaciones de distintas maneras.

"Si Jesús multiplicó los panes y los peces, ¿acaso no podría multiplicarme también a mi?". Esta era la pregunta que se hizo San Martín de Porres, del que cuentan que fue visto en Manila, en África y Francia varias veces al mismo tiempo. A Santo Tomás de Aquino no se le atribuye ninguna bilocación, pero sí que alguna vez explicó que este fenómeno era imposible que se diera porque la materia ocupa unas dimensiones específicas y que no las puede ocupar en otros lugares diferentes de forma simultánea. Así que tenemos muchas teorías que ninguna llegan a dar luz definitiva en torno a la bilocación, sobre todo cuando hay muchísimos testimonios recogidos. Incluso para la misma mística (que es donde prácticamente nace este fenómeno) se encuentran muchas dificultades para explicarlo, solamente se escudan en la intervención divina o en la contraria (la diabólica) como la manera que tiene el Mal o el Diablo de adoptar múltiples formas, como las de algunos santos.

Dentro de esta mística se entiende que la bilocación se ha dado en múltiples ocasiones de forma espiritual, y que a veces ese espíritu se reconstruye en el mismo cuerpo y alma de la persona que quiere emitir ese mensaje divino. Así que para la religión está muy claro que este fenómeno es más para beneficio de las almas que para beneficio propio de las personas que han sido representadas.

Ramona Llimargas, LA MONJA CATALANA QUE ACONSEJÓ A FRANCO DURANTE LA GUERRA CIVIL


En 2016 se cumplieron ochenta años del comienzo de la guerra civil española, una cruel contienda fraticida que constituye el hito trascendental de la historia contemporánea española y que está en el origen de nuestro tiempo presente. Este conflicto bélico, librado en nuestro país entre julio de 1936 y abril de 1939, fue un cataclismo colectivo que abrió un cisma de gran violencia en la convivencia de la sociedad española, que generó a su vez una brutal cosecha de sangre: de amigos, de vecinos, de hermanos, de conocidos, de hombres, de mujeres, de jóvenes, de mayores… Hay muchas publicaciones sobre este conflicto bélico pero para conocer de manera sencilla y didáctica cómo fue os recomendamos un libro reciente muy ameno que analiza y profundiza con rigor en este triste acontecimiento. Se trata del libro, publicado en 2016, Historia mínima de la Guerra Civil española, escrito por Enrique Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura, que recientemente, el pasado 12 de enero, se presentó en la Diputación de Badajoz. 


La guerra del 36 nos deja un deplorable catálogo de atrocidades homicidas, horrores inhumanos, ignominias morales… pero también, a la vez, historias increíbles, únicas… relacionadas muchas de ellas con el misterio y lo sobrenatural. Y una de ellas es, sin duda, la de Ramona Llimargas, la monja que se bilocaba a Franco. Su historia se divulgó sobre todo a raíz de un artículo publicado el 3 de septiembre de 2008 en el diario El País con un título que llamaba la atención a los lectores de este periódico de tirada nacional: “La monja bilocadora de Franco”. Pero, ¿quién fue esta mujer? ¿Qué hizo? ¿Qué papel jugó en el desarrollo de la guerra civil española? ¿Fue consejera de Franco en los días en que España era el campo de batalla entre republicanos y quienes habían protagonizado el golpe militar contra la República?

Ramona María del Remedio Teresa Llimargas Soler nació en Vic (Barcelona) en 1892 en el seno de una familia humilde. Apenas sabía leer y escribir. Desconocía la lengua castellana, por lo que siempre hablaba en catalán. Desde muy joven fue testigo de apariciones sobrenaturales, que le daban mensajes del más allá. El padre dominico Pedro Fernández, biógrafo de la religiosa, afirma que todas las apariciones extrañas que le ocurrieron de mayor ya las experimentaba durante su infancia en Vic, donde empezó también a ser apodada como “la encantada” a causa de sus repentinos éxtasis. Tenía apariciones de la Virgen, curaciones milagrosas, sueños premonitorios… por lo que se creó alrededor de ella un halo de santidad. Su madre, conocedora del revuelo que levantaba en la localidad barcelonesa, amenazaba a Ramona con palizas si proseguía con esa conducta.

Con tres años fue curada milagrosamente de una poliomielitis por la Virgen de los Remedios, su patrona, que se le apareció y le dijo que se consagrara a ella para siempre. También que hablaba frecuentemente con San Antonio de Padua en el templo de los Padres Franciscanos, y que éste la curó de una dislexia. Cuando contaba con nueve años fue Jesús mismo el que se le apareció con la Cruz a cuestas, diciéndole que le ayudara a llevar la Cruz y que sería fundadora. Eran frecuentes sus éxtasis después de comulgar y se comentaba que se dormía con los ojos abiertos. Se señalaba también cómo Ramona salía atormentada los días festivos de misa, al comprobar la cantidad de personas que comulgaban en pecado mortal puesto que el Señor le había otorgado el don de penetrar las conciencias.

Según narra su hagiografía, la hermana Llimargas tenía el don de la ubicuidad, el de hallarse en dos lugares distintos a la vez, es decir, lo que entendemos por bilocación. Como a tantas personas de esa época, la guerra civil española marcó su vida. Vic se encuentra en zona republicana, por lo que todas las personas que tienen apego religioso o vinculación con la Iglesia católica tienen que esconderse para escapar. Se dice que ayudó a esconder a religiosos y que curó a heridos. Incluso se cuenta que ayudó a la hija de un importante anarquista y éste le ayudó cuando Ramona tuvo problemas con las milicias republicanas. De hecho, la religiosa fue llevada a un descampado para ser fusilada, pero el anarquista Francisco Freixenet la salvó de una muerte segura.

Todo esto estuvo tuvo lugar a partir del 21 de julio de 1936 cuando los milicianos incendiaron la catedral de Vic y los conventos de la Merced y de los Remedios, después de saquearlos. En agosto Ramona es detenida por haber escondido en su casa al obispo de Vic. Cuatro milicianos la amenazan con la muerte si no les dice dónde está el obispo en ese momento, incluso le ofrecieron dinero para que hablara. Su respuesta fue siempre negativa. Por la noche se la llevaron a un despoblado para torturarla y asesinarla pero el jefe de las brigadas antifascistas, Francisco Freixenet, reconoció que Ramona había curado hacía tiempo a su hijo de asfixia y no permitió que los milicianos le hicieran nada.

En los años que duró la contienda en España, Ramona Llimargas pasa gran parte de las horas en una masía que pertenecía a la acaudalada familia Alsina y que estaba a las afueras de Vic. Es en esta masía donde le ocurren a la religiosa algunos de sus trances más importantes, donde, según testimonios, se le aparece ni más ni menos que al general Franco.

A Ramona Llimargas la celebridad le llegó con el estallido de la guerra -que predijo-, cuando se convirtió en una de las videntes del general Franco, militar al que siempre le atrajeron esta clase de saberes ocultos. Así, ya de joven, Franco había frecuentado a la hechicera magrebí Mersida, y tuvo a su lado al adivino y esoterista Corinto Haza desde los primeros días del conflicto. Sin embargo, la “madre catalana” -como la llamaba el futuro dictador- les superó a todos.

Las apariciones de Ramona Llimargas a Franco serían de vital importancia puesto que, en esos trances de bilocación, según se dice, le comentaba predicciones sobre el desarrollo de la guerra, lo aconsejaba sobre las estrategias que tenía que tomar, como en la batalla del Ebro o el no entrar en la II Guerra Mundial. Además, llegó a ponerle sobre aviso para que no acudiera a un banquete ceremonial en Zaragoza ya que pretendían envenenarle. La demostración de estos hechos es muy compleja pero, según Xavier Theros, periodista autor del reportaje publicado en El País en 2008, existen testimonios de personas cercanas a Franco, como José María Pemar, que afirmaron que, en ocasiones, al Caudillo se le aparecía una “santa” pero que, en ningún caso, era Ramona Llimargas sino que era, decían, la mismísima Santa Teresa de Jesús. Todo esto definió la actitud que tuvo Franco con la monja, siempre preocupado por Ramona Llimargas y a la que colmaba con multitud de favores.

Además, se asegura que esta mujer atendió a heridos de ambos bandos directamente en las trincheras aunque fuera imposible que una religiosa se encontrara allí. No obstante, el mayor viaje físico, real, no producto de la bilocación, que llegó a realizar en vida fue a Barcelona, concretamente al barrio de Gràcia, donde se instaló en febrero de 1940. La conocida como “monja bilocadora de Franco”, aunque nunca llegó a ser monja, sino que únicamente fue seglar, se ubicó en la ciudad condal, en una vieja masía de aspecto anodino conocida como Can Trilla, en la calle Gran de Gràcia.

Ese edificio -que data de los siglos XVII y XVIII- pasa hoy desapercibido para el transeúnte que pasea por delante: es sólo un inmueble antiguo, superviviente del pasado agrícola del barrio. No obstante, si uno se detiene y pregunta se topará con la extraña historia de Ramona Llimargas. En la actualidad el caserón está ocupado por monjas que componen la congregación de las Hermanas de Jesús Paciente, dedicada al cuidado de los pobres. Pero entre el vecindario de más edad, es un lugar donde, según dicen, pasan cosas peculiares y donde puede entrarse en contacto con apariciones imprevistas.

La muerte de Ramona Llimargas fue también todo un misterio. A principios de 1940 conoció a una persona que padecía de cáncer y su fallecimiento era inminente. Ramona Llimargas pidió a Dios, según cuentan, que la mujer se librara de la enfermedad y que ésta pasara a ser contraída por ella. Al evitar cualquier tratamiento, falleció el 8 de octubre de 1940. Cuando murió, fue enterrada en la masía Can Trilla, del barrio de Gràcia de Barcelona. Varios vecinos aseguraron haber visto el espíritu de Ramona Llimargas.

Su vida estuvo marcada por lo sobrenatural y su figura sigue siendo un completo enigma. El hecho de poseer, según se afirma, el don de la bilocación, es decir, el estar al mismo tiempo en dos lugares diferentes para ir a atender y cuidar a enfermos y moribundos, en el frente, en las mismas trincheras y en hospitales, o para reunirse y aconsejar a Franco sobre el rumbo de la guerra, ha generado bastante interés e incluso morbo. Para unos tiene todo el mérito de ser una santa pero para otras personas fue solo un instrumento de propaganda de Franco y de quienes se sublevaron contra la República e iniciaron la guerra civil. Sin embargo, los hechos sobrenaturales que giraron en torno a ella son todavía motivos para curiosos, fieles y nostálgicos del franquismo, que acuden a esa masía del barrio barcelonés de Gràcia para conocer la historia de Ramona Llimargas.


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