LA
BILOCACIÓN. Nos adentramos en este fenómeno tan fascinante recordando el
entrañable caso de Ramona Llimargas, la que llamaron "monja bilocadora de
Franco". Por supuesto recordamos brevemente el famoso caso de Sor María
Jesús de Ágreda, y los testimonios de bilocaciones que tiene el padre Pío de
Petelcina. ¿Es sólo parte de la leyenda mística y sobrenatural de las creencias
o es algo más?
ARCHIVO
OCULTO: "El gato espía de la CIA". Durante los años sesenta eran
comunes los proyectos de espionaje de todo tipo, incluido usar animales. Fue
otra forma de invertir mucho dinero en algo que no salió muy bien.
NOTICIAS:
Primeras imágenes visuales de la nueva especie dragón marino rojo; La mítica
secuoya Pioneer Cabin Tree es derribada; Turquía prepara proyecto de
rehabilitación en Halicarnaso; Pintura rupestre comparada con el famoso
"portal de Belén"; Nuevo caso de casi enterramiento en vida y noticia
interesante sobre el CSIC.
LA
OTRA CARA DEL CINE: "La Tierra de los Muertos Vivientes" (2005).
Continuando con la saga zombie herencia de George Romero, continuamos con el
comienzo de la nueva readaptación del género fantástico y de terror con esta que
también se llamó "El Azote de los Muertos".
Facebook:
EL SECRETO DE LA CAVERNA
Twitter: @Secreto_caverna
Correo: elsecretodelacaverna@gmail.com
Web:
www.elsecretodelacaverna.es
www.ondacampus.es
Los famosos ropajes de Sor María Jesús de Ágreda // biombohistórico |
El
tema de la bilocación tiene de alguna manera a Sor María Jesús de Ágreda como
el caso más famoso, quizás mucha culpa de ello tuvo Javier Sierra con su best-seller La Dama Azul pero no es el
único, e incluso la Iglesia no lo tiene como el más importante, principalmente
porque no fue canonizada. Por eso los casos de San Clemente, San Martín de
Porrés, San Juan Bosco, San Antonio de Padua, o el más reconocido, el de San
Francisco de Asís, por mencionar solo unos pocos que han sido reconocidos pero
con cautela por la Iglesia Católica están dentro del gran misterio de esa
cualidad mística y que hace aún más especial la vida de esos santos.
De
entre esos nombres mencionados destaca uno que no he mencionado pero que hay
centenares de testimonios relacionados con este hecho, el Padre Pío de Petelcina. A este santo se le atribuyen varios
milagros como el de parar o producir la lluvia, y con esto se cuentan varias
historias como la de un ingeniero que se llamaba Todini le pidió al mismísimo
Padre Pío quedarse una noche en su monasterio para resguardarse de unas lluvias
torrenciales que estaban cayendo en aquel momento. El pueblo estaba a una distancia
considerable de aquel monasterio en el que si salías podrías llegar empapado
hasta los huesos, así que ni por esas el padre Pío le permitió a este ingeniero
feligrés quedarse pero sí que le dijo “yo
te acompañaré al pueblo, aunque no físicamente”. Apesadumbrado, el señor
Todini se va de aquel monasterio dispuesto a pasar el mal trago de llegar al
pueblo con aquella tormenta y al salir nota una enorme ráfaga de viento que le
golpea pero en la que sólo le caen cuatro gotas encima, y cuando llega al pueblo
los lugareños se dan cuenta que a pesar de la dura tormenta y de las imparables
lluvias, aquel ingeniero llegaba con su ropa completamente seca, por lo que el
asombro estaba asegurado. Una forma que tuvo el padre Pío de acompañarle de
forma mística arropándolo para que no se mojara. Una historia de principios del
siglo XX, donde también se le atribuyen “bilocaciones de voz” cuando muchos de
sus seguidores escuchaban dar sus sermones a pocos metros de distancia cuando
en verdad estaba mucho más lejos dando una misa. Cientos de testimonios de este
tipo se le atribuyen al padre Pío como la manera que tenía de escarmentar a sus
seguidores con un bofetón cuando se dormían en plena oración, o también cuando
un militar le agradeció personalmente por haberle salvado en el campo de
batalla cuando dice que vio una figura de un fraile de rostro pálido y ojos
expresivos que le dijo "Sr.
Capitán, alèjese de ese sitio", y justo al apartarse de
esa zona cayeron multitud de bombas y granadas por lo que este militar no tuvo
nada que fue el padre Pío quien se le apareció en vida.
Cientos de testimonios le dan a San Pío de Petelcina casos de bilocaciones de distintas maneras. |
"Si Jesús multiplicó los panes
y los peces, ¿acaso no podría multiplicarme también a mi?". Esta
era la pregunta que se hizo San Martín de Porres, del que cuentan que fue visto
en Manila, en África y Francia varias veces al mismo tiempo. A Santo Tomás de
Aquino no se le atribuye ninguna bilocación, pero sí que alguna vez explicó que
este fenómeno era imposible que se diera porque la materia ocupa unas
dimensiones específicas y que no las puede ocupar en otros lugares diferentes
de forma simultánea. Así que tenemos muchas teorías que ninguna llegan a dar
luz definitiva en torno a la bilocación, sobre todo cuando hay muchísimos
testimonios recogidos. Incluso para la misma mística (que es donde prácticamente
nace este fenómeno) se encuentran muchas dificultades para explicarlo,
solamente se escudan en la intervención divina o en la contraria (la diabólica)
como la manera que tiene el Mal o el Diablo de adoptar múltiples formas, como
las de algunos santos.
Dentro
de esta mística se entiende que la bilocación se ha dado en múltiples ocasiones
de forma espiritual, y que a veces ese espíritu se reconstruye en el mismo
cuerpo y alma de la persona que quiere emitir ese mensaje divino. Así que para
la religión está muy claro que este fenómeno es más para beneficio de las almas
que para beneficio propio de las personas que han sido representadas.
Ramona Llimargas, LA MONJA CATALANA QUE ACONSEJÓ A
FRANCO DURANTE LA GUERRA CIVIL
En 2016 se cumplieron
ochenta años del comienzo de la guerra civil española, una cruel contienda
fraticida que constituye el hito trascendental de la historia contemporánea
española y que está en el origen de nuestro tiempo presente. Este conflicto
bélico, librado en nuestro país entre julio de 1936 y abril de 1939, fue un
cataclismo colectivo que abrió un cisma de gran violencia en la convivencia de
la sociedad española, que generó a su vez una brutal cosecha de sangre: de
amigos, de vecinos, de hermanos, de conocidos, de hombres, de mujeres, de
jóvenes, de mayores… Hay muchas publicaciones sobre este conflicto bélico pero
para conocer de manera sencilla y didáctica cómo fue os recomendamos un libro
reciente muy ameno que analiza y profundiza con rigor en este triste
acontecimiento. Se trata del libro, publicado en 2016, Historia mínima de la
Guerra Civil española, escrito por Enrique Moradiellos, catedrático de
Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura, que recientemente, el
pasado 12 de enero, se presentó en la Diputación de Badajoz.
La guerra del 36 nos
deja un deplorable catálogo de atrocidades homicidas, horrores inhumanos,
ignominias morales… pero también, a la vez, historias increíbles, únicas…
relacionadas muchas de ellas con el misterio y lo sobrenatural. Y una de ellas
es, sin duda, la de Ramona Llimargas, la monja que se bilocaba a Franco. Su
historia se divulgó sobre todo a raíz de un artículo publicado el 3 de
septiembre de 2008 en el diario El País con un título que llamaba la atención
a los lectores de este periódico de tirada nacional: “La monja bilocadora de
Franco”. Pero, ¿quién fue esta mujer? ¿Qué hizo? ¿Qué papel jugó en el
desarrollo de la guerra civil española? ¿Fue consejera de Franco en los días en
que España era el campo de batalla entre republicanos y quienes habían
protagonizado el golpe militar contra la República?
Ramona María del
Remedio Teresa Llimargas Soler nació en Vic (Barcelona) en 1892 en el seno de
una familia humilde. Apenas sabía leer y escribir. Desconocía la lengua
castellana, por lo que siempre hablaba en catalán. Desde muy joven fue testigo
de apariciones sobrenaturales, que le daban mensajes del más allá. El padre
dominico Pedro Fernández, biógrafo de la religiosa, afirma que todas las
apariciones extrañas que le ocurrieron de mayor ya las experimentaba durante su
infancia en Vic, donde empezó también a ser apodada como “la encantada” a causa
de sus repentinos éxtasis. Tenía apariciones de la Virgen, curaciones
milagrosas, sueños premonitorios… por lo que se creó alrededor de ella un halo
de santidad. Su madre, conocedora del revuelo que levantaba en la localidad
barcelonesa, amenazaba a Ramona con palizas si proseguía con esa conducta.
Con tres años fue
curada milagrosamente de una poliomielitis por la Virgen de los Remedios, su patrona,
que se le apareció y le dijo que se consagrara a ella para siempre. También que
hablaba frecuentemente con San Antonio de Padua en el templo de los Padres
Franciscanos, y que éste la curó de una dislexia. Cuando contaba con nueve años
fue Jesús mismo el que se le apareció con la Cruz a cuestas, diciéndole que le
ayudara a llevar la Cruz y que sería fundadora. Eran frecuentes sus éxtasis
después de comulgar y se comentaba que se dormía con los ojos abiertos. Se señalaba
también cómo Ramona salía atormentada los días festivos de misa, al comprobar
la cantidad de personas que comulgaban en pecado mortal puesto que el Señor le
había otorgado el don de penetrar las conciencias.
Según narra su
hagiografía, la hermana Llimargas tenía el don de la ubicuidad, el de hallarse
en dos lugares distintos a la vez, es decir, lo que entendemos por bilocación.
Como a tantas personas de esa época, la guerra civil española marcó su vida. Vic
se encuentra en zona republicana, por lo que todas las personas que tienen
apego religioso o vinculación con la Iglesia católica tienen que esconderse
para escapar. Se dice que ayudó a esconder a religiosos y que curó a heridos.
Incluso se cuenta que ayudó a la hija de un importante anarquista y éste le ayudó
cuando Ramona tuvo problemas con las milicias republicanas. De hecho, la
religiosa fue llevada a un descampado para ser fusilada, pero el anarquista
Francisco Freixenet la salvó de una muerte segura.
Todo esto estuvo tuvo
lugar a partir del 21 de julio de 1936 cuando los milicianos incendiaron la catedral
de Vic y los conventos de la Merced y de los Remedios, después de saquearlos.
En agosto Ramona es detenida por haber escondido en su casa al obispo de Vic.
Cuatro milicianos la amenazan con la muerte si no les dice dónde está el obispo
en ese momento, incluso le ofrecieron dinero para que hablara. Su respuesta fue
siempre negativa. Por la noche se la llevaron a un despoblado para torturarla y
asesinarla pero el jefe de las brigadas antifascistas, Francisco Freixenet,
reconoció que Ramona había curado hacía tiempo a su hijo de asfixia y no
permitió que los milicianos le hicieran nada.
En los años que duró la
contienda en España, Ramona Llimargas pasa gran parte de las horas en una masía
que pertenecía a la acaudalada familia Alsina y que estaba a las afueras de
Vic. Es en esta masía donde le ocurren a la religiosa algunos de sus trances
más importantes, donde, según testimonios, se le aparece ni más ni menos que al
general Franco.
A Ramona Llimargas la
celebridad le llegó con el estallido de la guerra -que predijo-, cuando se
convirtió en una de las videntes del general Franco, militar al que siempre le atrajeron
esta clase de saberes ocultos. Así, ya de joven, Franco había frecuentado a la
hechicera magrebí Mersida, y tuvo a su lado al adivino y esoterista Corinto
Haza desde los primeros días del conflicto. Sin embargo, la “madre catalana”
-como la llamaba el futuro dictador- les superó a todos.
Las apariciones de
Ramona Llimargas a Franco serían de vital importancia puesto que, en esos
trances de bilocación, según se dice, le comentaba predicciones sobre el
desarrollo de la guerra, lo aconsejaba sobre las estrategias que tenía que
tomar, como en la batalla del Ebro o el no entrar en la II Guerra Mundial. Además,
llegó a ponerle sobre aviso para que no acudiera a un banquete ceremonial en
Zaragoza ya que pretendían envenenarle. La demostración de estos hechos es muy
compleja pero, según Xavier Theros, periodista autor del reportaje publicado en
El País en 2008, existen testimonios de personas cercanas a Franco, como
José María Pemar, que afirmaron que, en ocasiones, al Caudillo se le aparecía
una “santa” pero que, en ningún caso, era Ramona Llimargas sino que era,
decían, la mismísima Santa Teresa de Jesús. Todo esto definió la actitud que
tuvo Franco con la monja, siempre preocupado por Ramona Llimargas y a la que
colmaba con multitud de favores.
Además, se asegura que
esta mujer atendió a heridos de ambos bandos directamente en las trincheras
aunque fuera imposible que una religiosa se encontrara allí. No obstante, el
mayor viaje físico, real, no producto de la bilocación, que llegó a realizar en
vida fue a Barcelona, concretamente al barrio de Gràcia, donde se instaló en
febrero de 1940. La conocida como “monja bilocadora de Franco”, aunque nunca
llegó a ser monja, sino que únicamente fue seglar, se ubicó en la ciudad
condal, en una vieja masía de aspecto anodino conocida como Can Trilla, en la
calle Gran de Gràcia.
Ese edificio -que data
de los siglos XVII y XVIII- pasa hoy desapercibido para el transeúnte que pasea
por delante: es sólo un inmueble antiguo, superviviente del pasado agrícola del
barrio. No obstante, si uno se detiene y pregunta se topará con la extraña historia
de Ramona Llimargas. En la actualidad el caserón está ocupado por monjas que
componen la congregación de las Hermanas de Jesús Paciente, dedicada al cuidado
de los pobres. Pero entre el vecindario de más edad, es un lugar donde, según
dicen, pasan cosas peculiares y donde puede entrarse en contacto con
apariciones imprevistas.
La muerte de Ramona
Llimargas fue también todo un misterio. A principios de 1940 conoció a una
persona que padecía de cáncer y su fallecimiento era inminente. Ramona
Llimargas pidió a Dios, según cuentan, que la mujer se librara de la enfermedad
y que ésta pasara a ser contraída por ella. Al evitar cualquier tratamiento,
falleció el 8 de octubre de 1940. Cuando murió, fue enterrada en la masía Can
Trilla, del barrio de Gràcia de Barcelona. Varios vecinos aseguraron haber
visto el espíritu de Ramona Llimargas.
Su vida estuvo marcada
por lo sobrenatural y su figura sigue siendo un completo enigma. El hecho de
poseer, según se afirma, el don de la bilocación, es decir, el estar al mismo
tiempo en dos lugares diferentes para ir a atender y cuidar a enfermos y
moribundos, en el frente, en las mismas trincheras y en hospitales, o para
reunirse y aconsejar a Franco sobre el rumbo de la guerra, ha generado bastante
interés e incluso morbo. Para unos tiene todo el mérito de ser una santa pero
para otras personas fue solo un instrumento de propaganda de Franco y de
quienes se sublevaron contra la República e iniciaron la guerra civil. Sin
embargo, los hechos sobrenaturales que giraron en torno a ella son todavía
motivos para curiosos, fieles y nostálgicos del franquismo, que acuden a esa
masía del barrio barcelonés de Gràcia para conocer la historia de Ramona
Llimargas.
lasmalaslenguas.es |
0 comentarios:
Publicar un comentario