Ovnis y el Pentágono, con Javier Sierra

En los últimos años, el fenómeno ovni ha vuelto a adquirir interés en la prensa internacional debido a una serie de informaciones provenientes del Pentágono y aquel proyecto secreto de investigación que siguió más allá de 2012 acompañado de los avistamientos en los radares de varios pilotos norteamericanos.

Estamos ante la trama del siglo en cuanto a lo que ya se ha denominado la búsqueda de esos "fenómenos aéreos no identificados" y para ello hemos acudido a las últimas informaciones y conclusión de un gran investigador mundial en esta materia como es el escritor Javier Sierra que nos ha dado una exclusiva referida a este asunto que puede ser determinante para lo que aún se piensa que se mantiene en secreto y que podría cambiar el rumbo de la ufología y del misterio de los ovnis de aquí en adelante.

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Todo tiene un comienzo. Y el comienzo de esta historia va mucho más allá del ahora, en un tiempo donde la tecnología se estaba desarrollando con fines bélicos, en tiempos convulsos para los seres humanos en todo el mundo. Un verdadero ufólogo o amante de lo que tenga que ver con los ‘objetos voladores no identificados’ (ovni) te dirá que todo comenzó cuando Kenneth Arnold vio aquella flota de “platillos volantes” en 1947 o el posterior accidente de Roswell; otros te dirán que no, que unos años antes ya hubo avistamientos, que en siglo XIX ya hubo objetos extraños en el cielo y que también ciertos cuadros renacentistas los representaron… Pero el comienzo de esta historia parece que no fue hace tanto tiempo, sino apenas hace cuatro años.

Porque en 2017, The New York Times se atrevió a publicar un especial que iba a dar la vuelta al mundo, a tener en vilo a todos los amantes del misterio ufológico y a creer que algo comenzaba a cocerse dentro de los organismos más importantes y secretos del mundo. En este caso, al Pentágono. En ese año se confirmaba oficialmente que un grupo secreto perteneciente al Pentágono estuvieron estudiando encuentros de algunos pilotos con ovnis, y para ello, se creó un programa de estudio que se denominó Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales (AATIP, por sus siglas en inglés), organizado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y con Luis Elizondo, oficial de inteligencia, a la cabeza. Ahí es cuando comenzaron a proliferar en la prensa imágenes de radar de algunos pilotos en lo que se podía ver claramente una serie de objetos o de naves no identificadas y que provocaron hasta expresión de angustia y asombro a los pilotos que fueron testigos de primera mano (como el avistamiento de San Diego en 2004). Es decir, ese medio fue el primero en informar que un programa secreto dentro de uno de los países más poderosos del planeta dedicó una partida presupuestaria de 22 millones de dólares anuales a investigar sobre ovnis, y que terminó en 2012 (que posteriormente se supo que no fue así, que continuaron investigando).

Luis Elizondo

"Se determinó que había otros asuntos de mayor prioridad que merecían financiación y el Departamento de Defensa decidió realizar un cambio", ha dicho el portavoz del Pentágono Thomas Crosson. Sin embargo, Luis Elizondo ha asegurado que, a pesar de que se dejaran de destinar fondos, el programa siguió existiendo.

Donald Trump, en sus últimos meses en la presidencia del país, trató de hacer presión al mismísimo Pentágono y a las agencias de espionaje para que desvelaran toda la verdad (que él mismo prometió en su campaña electoral). Eric Davis, un astrofísico que trabajó como subcontratista dentro de la Oficina de Inteligencia Naval y que también fue consultor del programa de identificación de Ovnis para el Pentágono desde 2007 dijo al mismo The New York Times en otro especial dedicado al tema de los ovnis y el Pentágono dijo que examinaron algunos de los “materiales” recogidos de esos encuentros entre miembros del ejército y los objetos voladores no identificados y le llevó a la conclusión de: “No podríamos hacerlo nosotros mismos”.

Los informes describen los fenómenos observados como «Sistemas aéreos no tripulados (UAS)», la terminología oficial del Pentágono para los aviones no tripulados o drones que en español también han llamado “fenómenos aéreos no identificados”. Hay que recordar que los primeros vídeos que se lanzaron a la prensa internacional (tres para ser concretos) fueron promovidos por el famoso artista y ex músico del grupo de rock norteamericano Blink-182, Tom DeLonge, por su compañía To The Stars Academy Arts & Sciences.

Según informa el New York Times, la mayor parte del dinero fue a una empresa de investigación aeroespacial dirigida por un empresario multimillonario y viejo amigo de Harry Reid (un senador del partido Demócrata), Robert Bigelow. El resto de esta historia… se sigue debatiendo.