El ajedrez: un misterio milenario

A raíz del éxito que ha tenido la miniserie de Netflix 'Gambito de Dama' vamos a contar algunas anécdotas curiosas y misteriosas con este curioso juego que expresa de manera real el arte de la guerra y el cómo la rivalidad política siempre ha existido a lo largo de la década con representantes de uno y otro país. 

Aparte, contamos la historia de 'El Turco' el famoso autómata que llamó tanto la atención en el siglo XIX por ganar a todos al ajedrez y que se dio a conocer gracias a un artículo de Edgar Allan Poe y cómo todo ese saber ajedrecístico recogido ya está siendo aprendido por las Inteligencias Artificiales venciendo a los campeones mundiales de ayer y de hoy. 




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Tras el enorme éxito que ha tenido la miniserie de Netflix, ‘Gambito de Dama’, se ha vuelto a revitalizar el uso del tablero de ajedrez como una práctica sana y difícil de dominar, ya que es un juego de mente muy privilegiada pero eficaz ya que sigue siendo un misterio la jugabilidad siendo uno de los juegos con enorme cantidad de combinaciones y además de origen milenario. El personaje de Beth Harmon en la serie ha avivado esa capacidad de superación que te da este juego (considerado deporte además) y también de reivindicar la figura femenina dentro de este juego, que las hay, ya que aunque el personaje sea ficticio existe en la actualidad una mujer llamada Judith Polgar (retirada de la competición oficial desde 2014) que es una de las mejores jugadoras femeninas de la historia al más puro estilo de Bobby Fischer, e incluso superándolo cuando se proclamó “gran maestro” con tan solo 15 años.

Esta mujer ha llegado a confesar que su historia es mejor que la del personaje de la serie*, y cuando consultas su vida te das cuenta que ha sido un verdadero prodigio del juego ganando al mítico Garry Kasparov en el año 2003 cuando éste era el número uno del mundo. Y no solo a él, sino que venció a otros muchos campeones como: Magnus Carlsen, Anatoly Karpov, Vladimir Kramnik, Vasily Smyslov, Veselin Topalov, Viswanathan Anand (el líder del club al cual entró), entre otros. En una entrevista que le realizó el diario ABC y publicado con fecha reciente (20 noviembre) llegó a decir:

 

«Prefiero ver a tres mujeres entre los diez mejores que a una campeona, porque implicaría que tienen la misma mentalidad que los hombres». // Fuente: abc.es

* https://www.abc.es/deportes/abci-judit-polgar-vida-mas-interesante-beth-harmon-gambito-dama-202111190041_noticia.html

 

Se cuenta que la primera mención conocida hacia el ajedrez como un juego misterioso se dio en un poema épico del libro persa Shahnameh (“Libro de los reyes”). Sí se sabe que el ajedrez tiene su origen en un juego llamado el chaturanga, cuyo nombre significa “cuatro divisiones” en referencia a las cuatro piezas que simbolizan las unidades del ejército indio.

 

Fuente: chess.com

El chaturanga, antecesor del ajedrez, se jugaba con cinco tipos de piezas: un rey, un elefante, un caballero y un carro en la fila trasera, y cuatro infantes en la fila delantera. Existían dos variantes del juego, una para cuatro jugadores y una para dos; en esta última, cada jugador contaba con un rey, un general, ocho infantes, dos elefantes, dos caballos y dos carros, siguiendo el esquema actual del ajedrez.

Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/historia-ajedrez-juego-milenario_15981

 

Se cuenta que en la actualidad existen más de doscientos tipos de piezas de ajedrez, piezas que reflejan la tradición militar de cada lugar pero sí queda claro que es todo lo contrario a los juegos de azar como los dados y que la victoria depende únicamente de la caza de un rey, el modo real e histórico de conquista de un territorio como ha ocurrido siempre en la historia del hombre. A mediados de la Edad Media, el ajedrez consiguió convertirse en un pasatiempo nacional gracias a su expansión con La Ruta de la Seda llegando a Europa y Asia y la enorme afición que había en los imperios musulmanes. De hecho, del persa procede la expresión más conocida para terminar una partida, la expresión “shah mat” (“el rey está acabado”), también conocido como checkmate en inglés o jaque mate, en español.

 

 

Las eternas batallas al ajedrez entre Bobby Fischer y Boris Spassky. // Fuente: chess.com

Consiste en la máxima expresión del arte de la guerra, la lucha de la inteligencia, de ahí que en aquellas partidas míticas entre Bobby Fischer y Boris Spassky a comienzos de los años 70 se tomaran como otro capítulo más dentro de la Guerra Fría que ya estaban sosteniendo Estados Unidos y la Unión Soviética.

Maelzel, el autómata que ganó al ajedrez a Napoleón

Fuente: pinterest


Fue Edgar Allan Poe el primero que escribió un artículo sobre una prodigiosa máquina denominándola como 'El jugador de ajedrez de Maelzel' (1836), y es que en plena revolución industrial como se estaba en su tiempo las máquinas arcaicas comenzaban a revolucionar las sociedades de aquel mundo que comenzaba a avanzar a un ritmo trepidante y hubo una especie de jugador al ajedrez sin intervención humana que no solo fascinó al genio de los relatos cortos de terror gótico, sino incluso a aristócratas, generales o emperatrices.

Aquella máquina se hacía llamar ‘El Turco’ y maravilló tanto al escritor norteamericano que con aquel artículo escrito fue de los primeros en aventurarse a reflexionar sobre la inteligencia artificial en el sentido de cómo una máquina que no estaba manejada por nadie desde dentro ni desde fuera pudiera realizar esas jugadas de cálculo de un juego tan difícil mentalmente como es el ajedrez, o también destacó los fallos que tenía demostrando que aquel artilugio carecía de ‘humanidad’. Pero la cuestión era que aquel cacharro jugaba bien, y eso fascinó tanto que se convirtió en uno de los primeros misterios de la incipiente tecnología del siglo XIX con explicación real unos años después.

 Fue en la primavera de 1770 cuando la emperatriz María Teresa recibió en su palacio de Schönbrunn, en Viena, a Wolfgang von Kempelen y a su famoso autómata que jugaba al ajedrez y se había dado a conocer aquel mismo año. Una historia que el historiador británico Martin Randy ha dado conocer en su libro En 'Los Habsburgo: soberanos del mundo' (Taurus) y ahí cuenta cómo el Turco mostraba bajo sus ropajes aquellos engranajes y mecanismos que mostraban que verdaderamente era una máquina pero luego con qué facilidad hacia jaque mate a sus adversarios con una mirada siempre puesta en el tablero y con una pipa de fumar como accesorio que siempre se llevaba a la boca con cada movimiento. Aquel ajedrecista mecánico de Kempelen (su primer dueño) mostraba aquel aspecto exótico como procedente de Oriente con aquel turbante y ropajes que pertenecían al reconocido imperio turco que ya estaba en decadencia pero cuya cultura comenzó a verse reflejada en algunos lugares de Centroeuropa.

 Benjamin Franklin fue uno de tantos que sucumbió en una partida de tú a tú contra la máquina, pero fue el caso de Napoleón Bonaparte el más curioso ya que éste (utilizando una estrategia poco ortodoxa pero demostrando a la misma vez que era un estratega) realiza un movimiento ilegal aposta para engañar a la máquina y el Turco se dio cuenta y de repente tiró todas las piezas del tablero para demostrarle de alguna manera con rabia que aquello no se hacía, y acabó ganando al emperador francés. Su primer dueño reconocido, Kempelen, muere en el año 1894 y pasa a manos de Johann Maelzel, quien cargado de deudas descubre su ‘gallina de los huevos de oro’ para hacer una serie de giras mundiales como si fuera una atracción mundial para ganar dinero y a la misma vez aterrar a la gente con esas jugadas y victorias que conseguía casi de manera sobrenatural para la opinión pública que desconocía este nuevo tipo de herramienta.

Fuente: ztfnews.wordpress.com


Al final, se acabó descubriendo que un maestro de ajedrez alemán llamado William Schlumberger era el que manejaba al autómata desde dentro de la caja, y esto no solo se dio cuenta el mismo Poe sino que usando las pesquisas detectivescas algunos se dieron cuenta que el mencionado maestro de ajedrez era siempre el que desempaquetaba y empaquetaba a la máquina, que se demostraba siempre antes de iniciar la partida que nadie lo manejaba desde dentro, pero el hecho de que ese señor desapareciera durante las partidas ya resultaba muy sospechoso. Pero fue con una publicación en el diario ‘La Gaceta de Baltimore’ donde se informó que dos jóvenes vieron salir a aquel jugador alemán saliendo de la máquina. Misterio resuelto, un engaño propio de una técnica ilusionista que no todo el mundo veía en el momento. Triste iba a ser que el final de el Turco iba a acabar entre las llamas que asolaron el Museo Peale de Baltimore donde acabó arrinconado ya que su don para el espectáculo se acabó debido a que el truco se descubrió y en 1854 quedó reducido a cenizas durante el gran incendio que asoló a la ciudad de Filadelfia.

 

Fuente: ztfnews.wordpress.com


Aquel engaño duró más o menos un siglo con más de quince jugadores de ajedrez metiéndose dentro de la estructura mecánica y en poquitos metros cuadrados de caja sobrevivir durante un buen rato aguantándose necesidades fisiológicas y hasta estornudos y toses que los hubieran delatado de forma muy rápida. Pero desde ese habitáculo manejaban todos los movimientos del muñeco: brazos, ojos,… todo a través de una jugada maestra entre el ingenio del ajedrez y el ingenio de la tecnología incipiente.

 

 

Las IA comienzan a dominar el juego por encima de los seres humanos

La inteligencia artificial desarrollada por Google, llamada AlphaZero, consiguió dominar el conocimiento ajedrecístico de la humanidad en solo unas cuatro horas con numerosas victorias sobre un campeón del mundo como Stockfish hace más de cuatro años. Ya hubo un precedente curioso en 1997 cuando un programa llamado Deep Blue ganó a Kasparov un juego, cierto es que el jugador humano acabó ganando el torneo pero con ese precedente ya se demostró que una máquina podía ganar perfectamente a un ser humano campeón.

Humano y máquina tuvieron una serie de 100 juegos y en todos ellos AlphaZero ganó 28 y el resto quedaron en tablas, con ninguna victoria por parte del humano campeón del mundo, Stockfish. Y todo gracias a un algoritmo que como bien dijo en su momento el investigador de ajedrez David Kramaley:

 

Fuente: historyofdatascience.com

“Sin duda, revolucionará el juego, pero piensa en cómo podría aplicarse fuera del ajedrez. Este algoritmo podría ejecutar ciudades, continentes y universos”.

 

El laboratorio DeepMind de Google desarrolló esta IA como una versión modificada y más genérica de la anterior, AlphaGo Zero, que se especializó en jugar al juego de mesa chino llamado Go. En definitiva, una red neuronal artificial que ha conseguido superar a varios campeones humanos y que ha sido refinado durante años por DeepMind que como lo definió un científico del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets), Nick Hynes:

 

Fuente: xataka.com

«Es como una civilización alienígena inventando sus propias matemáticas. Lo que estamos viendo aquí es un modelo libre de prejuicios y presuposiciones humanas. Puede aprender lo que considere óptimo, lo que de hecho puede ser más matizado que nuestras propias concepciones de lo mismo».

 

·         https://www.telegraph.co.uk/science/2017/12/06/entire-human-chess-knowledge-learned-surpassed-deepminds-alphazero/

 

 




ENLACES:

https://www.espaciomisterio.com/civilizaciones-perdidas/el-ajedrez-y-sus-simbolos_33241

https://www.cyberprimo.com/2012/01/los-secretos-ocultos-del-ajedrez.html?m=1

 


 

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