El pasado 10 de septiembre se dio un gran anuncio desde la NASA: el supuesto hallazgo de vida microbiana en una roca del cráter Jezero en el cual lleva el rover Perseverance dando vueltas tratando de encontrar algún resto que demuestre que en el remoto pasado de este planeta hubo vida. Ahora esos restos tendrán que ser analizados con una misión especial, ¿será esta la demostración definitiva?
Aprovechamos para contar otros hallazgos recientes alrededor del planeta Marte como son el tipo de núcleo que podría tener o si fue víctima de una guerra nuclear hace millones de años.
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A comienzos de la semana
pasada (9/09/2025), la NASA convocaba a los medios de comunicación para
una conferencia de prensa en la cual revelaría los resultados del análisis de
una roca recogida en Marte por el rover Perseverance en julio de 2024.
Hay que recordar que Perseverance
—apodado Percy— es un vehículo robotizado que fue lanzado el 30 de julio de
2020 como parte de la misión Mars 2020 del Programa de Exploración de Marte de
la NASA, y aterrizó en este planeta el 18 de febrero de 2021. Tiene una altura
de más de 2 metros, con una longitud también de 2 metros y un diámetro
aproximado a las mismas medidas. Su misión comenzó en el cráter Jezero, ya que
este robot cuenta con siete instrumentos científicos, con veintitrés cámaras y
dos micrófonos, todo pensado para hacerse un largo recorrido por el llamado
“planeta rojo” en busca de posibles lugares para estudiar o posibles muestras
de vida en un planeta en el cual, a priori, no debería verla dadas las
condiciones que se han descrito siempre de su superficie.
En un vídeo promocional
de su canal de Youtube, NASA muestra al rover Perseverance pasando por
lo que fue el antiguo lecho de un río seco en el cráter Jezero, el cual
podría conservar vida microbiana que el mismo rover tomaría de una roca llamada
Cheyaya Falls justo el año pasado, una roca en forma de punta de flecha
que mide un metro por 0,6 metros. Y la encuentra en un antiguo valle fluvial de
400 metros de ancho que fue tallado por el agua que se precipitaba dentro del
cráter Jezero hace mucho tiempo.
Esa muestra recogida es
lo que se conoce como una biofirma, que es lo que se sospecha que podría
obtenerse de alguno de los planetas en los cuales el ser humano quiere
investigar y que sería esa huella de una molécula que hace millones de años
pudo haber tenido vida en ese lugar. En resumen, una biofirma potencial es
una sustancia o estructura que podría tener un origen biológico pero que
requiere más datos o estudios adicionales antes de poder llegar a una
conclusión sobre la ausencia o presencia de vida.
Selfie de Perseverance con la roca Cheyava Falls delante, con el rastro del instrumento de abrasión y el agujero del taladro (NASAJPL-CaltechMSSS). |
Y llegó el día del gran
anuncio: fue el pasado miércoles, 10 de septiembre, en el cual la NASA, con el
administrador interino al frente, Sean Duffy, acompañado de expertos de la
misión Mars Perseverance, anuncian que la identificación de esa posible
biofirma en el planeta rojo es real; para ello, mostraron una serie de
fotografías en las cuales podían verse unas “manchas de leopardo” en esa roca
rojiza del suelo marciano y tras analizarlas en esa fotografía los científicos
creen que pueden ser reacciones químicas producidas por vida microbiana hace
millones de años. Estoy se trataría, en palabras de Duffy, de “un descubrimiento revolucionario, que mejorará nuestra comprensión de Marte”.
“El compromiso de la NASA de llevar a cabo ciencia ‘de estándar de oro’
continuará mientras nos dedicamos a nuestro objetivo de poner huellas
estadounidenses en el suelo rocoso de Marte”, dijo. Este anuncio llega justo en
un momento complicado para la exploración espacial estadounidense tras el
recorte de presupuesto a la NASA (curioso, teniendo en cuenta el crecimiento de
la investigación del espacio por su país rival, China) y, además, que el rover
Perseverance se lanzó justo en el primer mandado de Donald Trump como
presidente de Estados Unidos.
El conjunto de instrumentos científicos del rover
descubrió que las rocas sedimentarias de esta formación están compuestas de
arcilla y limo, los cuales, en la Tierra, son excelentes conservantes de la
vida microbiana pasada. También son ricas en carbono orgánico, azufre, hierro
oxidado (óxido) y fósforo. “Componentes químicos que podrían haber sido una
abundante fuente de energía para los metabolismos microbianos”, dijo el
científico de Perseverance Joel Hurowitz, de la Universidad de Stony Brook en
el estado de Nueva York y quien es autor principal del artículo que puede
leerse en la revista Nature. Se cree -de manera teórica por el momento
hasta que se estudien a fondo- que el color pardo de esas manchas de la roca
podrían ser reflejo de esa vida microbiana como son el carbono orgánico, el
azufre y el fósforo, ingredientes puros de la roca como fuente de energía.
Las manchas de leopardo que se reflejan en esta roca podrían ser reflejos de una vida microbiana pasada en Marte. |
En el siguiente enlace
puedes leer el estudio publicado en Nature en el que se exponen los datos del
hallazgo a disposición de a comunidad científica general: https://www.nature.com/articles/s41586-025-09413-0
El núcleo interno sólido
de Marte
Una semana antes de
anunciarse la posible existencia de vida microbiana en Marte, nos encontramos
otra noticia que nos habla de otro gran descubrimiento, en este caso, de la
misión InSight de la NASA: Marte tiene un núcleo fundido como
el de la Tierra. La misión InSight terminó oficialmente en diciembre de
2022 (llegó en 2018) porque el módulo de aterrizaje se quedó sin energía y dejó
de comunicarse con la Tierra; fue un módulo de aterrizaje enviado a Marte para
estudiar su interior, detectando más de 1.300 seísmos marcianos e impactos de
meteoritos a través de su instrumento sísmico.
Esto aumentaría el enigma
de por qué Marte, que fue un planeta azul con océanos, ríos y posibles formas
de vida, dio un giro repentino que lo convirtió en un desierto donde la
radiación aniquilaría a cualquier criatura en su superficie. Por causas
desconocidas, hace unos 5.000 millones de años ese motor del núcleo marciano se
paró, la atmosfera exterior desapareció y el planeta perdió sus inmensas
reservas de agua para convertirse en el desierto gélido que es en la
actualidad. El estudio concluye que el planeta rojo tendría un núcleo interno
de unos 600 kilómetros de radio y que este estaría compuesto
principalmente por materiales como el hierro y el oxígeno.
La estructura interna de la Tierra (izquierda) comparada con la de Marte. |
El equipo encabezado por
la Universidad de Ciencias y Tecnología de China usó datos del módulo de
aterrizaje InSight para elaborar un estudio para la revista Nature: https://www.nature.com/articles/s41586-025-09361-9
“El hallazgo no significa
que Marte sea habitable ahora, pero confirma que en el pasado tuvo un núcleo
activo y un campo magnético global, lo que habría favorecido la existencia de
agua líquida estable en superficie y condiciones más benignas para la vida”,
según Susana del Carmen Fernández Menéndez, Vicepresidenta de la Comisión de
Geología Planetaria de la Sociedad Geológica de España.
“De confirmarse la presencia de un núcleo sólido, Marte sería el tercer cuerpo del Sistema Solar en el que sabemos que existe una distribución interna de este tipo. Los otros cuerpos son, lógicamente, la Tierra y, contra todo pronóstico, la Luna”, como bien expresa Daniel Marín en su blog de Naukas.
Otra forma de entender cómo es el interior de nuestro planeta vecino es como destacaron en esa investigación liderada por el Imperial College (Londres, Reino Unido) y la NASA cuando publicaron al respecto (a finales del pasado agosto) que “el interior de Marte no es liso ni uniforme, sino que más bien es grumoso como el interio rde un pastel con tropezones, más parecido al popular brownie”.
Marte: ¿fue escenario de
una guerra nuclear?
La teoría de que el
planeta Marte tenga el aspecto que tiene ahora son muchas a nivel científico,
pero hay una propuesta por un físico hace más de diez años que plasmó en un
libro que se llamó "Death on Mars: The Discovery of a Planetary
Nuclear Massacre" («Muerte en Marte: el descubrimiento de una
masacre nuclear planetaria»), del doctor en física estadounidense John
Brandenburg, que además ha sido consultor de la NASA, presenta una teoría
audaz en su obra que ha seguido repitiendo como un mantra por sugerir que Marte
no solo estuvo habitado en tiempos remotos, sino que fue escenario de una devastadora guerra nuclear hace 180 millones de años.
Para ello, sostiene que
ciertos isótopos presentes en la atmósfera marciana, como el xenón-129, y la
distribución de elementos radiactivos como uranio y torio en la superficie,
constituyen vestigios de explosiones nucleares pasadas. Brandenburg se basa en
los numerosos estudios recientes de la NASA en la atmósfera del planeta
marciano paa llegar a esa conclusión, y hablamos de un científico con una larga
trayectoria en su campo como es la física del plasma.
Sobre el color
característico de Marte, el rojo intenso arcilloso en ocasiones, dice que
podría ser resultado de una explosión termonuclear natural. Brandenburg se basa
en los datos analizados por el orbitador Mars Odyssey, equipado con
espectrómetros de rayos gamma, que detectó concentraciones anómalas de uranio,
torio y potasio en áreas específicas del planeta. Esto podría reforzar la
famosa paradoja de Fermi: la aparente ausencia de vida extraterrestre
inteligente en el universo, a pesar de la alta probabilidad estadística de su
existencia, ¿será porque hubo una civilización marciana avanzada destruida por
una guerra nuclear? ¿y por quiénes?
Formaciones en Marte que
parecen pirámides, caras y estatuas
Y es que la fascinación
por teorías alternativas del inhóspito y misterioso Marte han dado para mucho,
y este pasado verano tuvimos una nueva imagen que saltó todas las
especulaciones. A través de una fotografía obtenida y difundida por la NASA, se
podía “apreciar” una especie de estatua egipcia sobre una formación
rocosa que podría ser una pareidolia muy curiosa.
pareidolia:
fenómeno psicológico en el que el cerebro interpreta estímulos vagos o
aleatorios, como una imagen o un sonido, como una forma reconocible y
significativa, como un rostro o una figura.
La imagen es real, se
obtuvo el 7 de mayo de 2007 por la cámara panorámica del Rover Opportunity, y la
NASA la tiene etiquetada en sus servidores como PIA10210.
Esto se une a otras
“coincidencias” geológicas como formaciones que parecen pirámides, o los
rostros del valle de Cydonia.
Elijah Muhammad, en su
libro The Final Call (La Llamada Final) se refirió a Marte, sugiriendo que era
un planeta habitado por una civilización diferente antes de su destrucción.
¿Son estas muestras fotográficas huellas reales de una civilización que pasó
posteriormente por la Tierra? ¿o son simples coincidencias o fallos de
apreciación en la imagen?
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