En esta sección os contamos un encuentro real pero bastante extraño que tuvo una testigo de Badajoz con una monja de blanco que entró en su habitación donde estaba hospitalizada esperando un aborto.
Aquel encuentro es recordado de manera anecdótica por la testigo, pero aun así le dejó un mensaje de paz y tranquilidad en medio de un profundo dolor emocional y físico que estaba teniendo en ese momento.
Este relato se une a muchos que cuentan que en ciertos momentos una monja que parece que no debería estar allí entra en la habitación a dar un mensaje de esperanza a las pacientes, que aparece muy real, pero que se han convertido en parte de la cultura de ese hospital antiguo situado en la capital pacense.
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“En el Hospital Materno Infantil de Badajoz aún se habla en voz baja de la monja fantasma de hábito blanco a la que su muerte no le impide seguir haciendo rondas, y aún trabaja en el Hospital Perpetuo Socorro la enfermera a la que, hace más de veinte años y después de haber dado a luz, visitó una medianoche en su habitación ofreciéndole pastillas para el dolor. La enfermera le agradeció el gesto y rechazó la medicina, solo para enterarse minutos después por una compañera de que había sido visitada por el Fantasma del Materno”. Esto es lo que publicaba Israel J. Espino en su blog Extremadura Secreta del Diario Hoy el 3 de mayo de 2012. En esos años, esta periodista extremeña fue la primera en recoger testimonios de todo tipo que contaban la aparición de una monja de blanco en el Hospital Materno Infantil y otra dama de negro en el Hospital Perpetuo Socorro. Ambas dependencias se encuentran en el mismo hospital separados por dos pasillos que los conectan, y donde dicen que todavía se producen fenómenos de tipo paranormal en ellos.
Entrada del Hospital Materno Infantil de Badajoz en el área de consulta y urgencias. |
Ya hemos tratado los numerosos encuentros con lo extraño que han ocurrido en este viejo hospital, tanto por trabajadores como por pacientes que se han dado de bruces con damas de negro, monjas de carne hueso que nadie reconoce, ruidos de procedencia misteriosa,... pero en esta ocasión nos centramos en la 'Dama de Blanco' del Materno Infantil, que no deja de ser una monja vestida con su hábito de trabajo. Para tener en cuenta un aspecto importante de esta aparición, es bueno recordar lo que me contó una enfermera de este mismo Hospital, Carmen, cuya hermana es una religiosa perteneciente a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (las monjas que han estado toda la vida viviendo y trabajando en el Hospital Perpetuo Socorro y Materno Infantil desde sus comienzos cuando era la Residencia Sanitaria de San Sebastián, desde los años 50):
“El hábito suelen llevarlo las monjas más mayores. Algunas más jóvenes al principio lo llevaban hasta que se lo cambiaban por un pijama típico de enfermería. El de trabajo es blanco, y el que tienen ellas como de gala -por decirlo de alguna manera- es azul. Pero actualmente ese hábito lo tienen las mayores, de 80 años para arriba”.
Una vez sabido esto, y para que no se provoque confesión con la supuesta aparición de negro de otras zonas del hospital, debemos aclarar que esta monja de blanco se ha aparecido en alguna que otra ocasión frente a mujeres ingresadas previo a un parto o un post-parto, siempre con la intención de mandar un mensaje, ofrecer una medicina o una estampita. Pero mucho antes de que la compañera Israel recopilara aquellos primeros testimonios y los transmitiera al programa Cuarto Milenio, una pacense llamada Isabel tuvo un encuentro con esa monja antes de que comenzara aquella vorágine de testimonios que se fueron sucediendo de este lugar. Y ella nunca lo había contado, hasta que me conoció a mí en una de nuestras rutas tenebrosas por la ciudad de Badajoz que hacemos para Rutas Misteriosas.
El hecho ocurre en julio de 2010. Isabel se encontraba embarazada de tres meses, esperaba su tercer hijo, y unos meses antes ella ya había pasado por un aborto. Mientras estaba de vacaciones en ese mes, empieza a encontrarse mal y acude al Materno Infantil a que le realicen una ecografía para valorar cómo estaba su embarazo. Los médicos comunican a Isabel que no se correspondía las fechas de su estado y debido a los problemas que estaba arrastrando podía perder a su bebé y por eso deciden que se quedara ingresada.
“Estando ingresada, viene una amiga a verme y a darme la noticia de que estaba embarazada, cuando también había sufrido un aborto. Yo me quedé muy feliz por ella pero muy mal porque a mí me estaban dando la noticia de que seguro que iba a abortar. Me alegré un montón por mi amiga y cuando se fue, yo me quedé sola en la habitación llorando y en ese momento entró una monja. Para mí fue como una enfermera más, pero ella entró y me dejó una cuña por si abortaba que la tuviera. Y me dijo que todo iba a ir muy bien y que dejara de preocuparme porque iba a volver a ser madre otra vez y una vez me dijo eso me entró una paz impresionante, y que dejara de llorar”.
Una vez que Isabel tiene ese encuentro con la monja mientras estaba sola, se lo cuenta a su marido al volver a la habitación y al rato se pone de parto y expulsa al bebé, desgraciadamente sin vida por lo que ya le habían diagnosticado previamente. Pasan los años y en su casa mira un programa de Cuarto Milenio en el cual se cuentan las apariciones en el interior del Hospital Perpetuo Socorro y Materno Infantil de Badajoz con monjas fantasmales y se asombra de esta manera:
“Mi sorpresa fue cuando unos años después estoy un día en casa y me pongo a ver Cuarto Milenio y empiezan a hablar de que en el Hospital Perpetuo Socorro y Materno Infantil de Badajoz se presentan de vez en cuando monjas y tal. Y viendo aquel programa en la cama cuál es mi sorpresa que dicen que en el lugar se presenta una monja pero que en realidad no existe. Yo me quedo a cuadros, súper sorprendida, y le digo a mi marido que yo si la ví, que me estuvo hablando y él, al estar viendo el programa conmigo al mismo tiempo, me señalaba que no podía ser. En ese mismo momento cojo el teléfono y llamo a mi amiga que me visitó el día que yo aborté y cuando le conté lo que yo vi en aquel momento más lo que me dijo aquella monja ella se quedó igual de sorprendida y le recomendé que viera el programa en aquel mismo momento. Yo me quedé con los pelos de punta al ver aquel reportaje, es que no me lo podía creer porque yo si vi a aquella monja”.
Isabel vio a esa monja muy real. Toda de blanco. Un encuentro más real que fantasmal, con una interacción. Pero aun así queda un poco en el enigma el mensaje de esperanza que le dio aquella monja, y la tranquilidad que le entró a nuestra protagonista teniendo en cuenta el momento tan duro que tuvo que ser. Después de abortar, Isabel escuchaba los llantos de un bebé todas las noches, llegando a soñar con una niña rubia de pelo rizado (ella es morena de piel y de cabello) y el 24 de diciembre -fecha un tanto divina- se entera de que está embarazada nuevamente y a los nueve meses, coincidiendo con el mismo mes y casi en la misma fecha que tuvo su último aborto, nació su tercera hija, Lucía, una niña que al crecer era rubia con pelo rizado.
“Desde que me pasó aquello me pasé todas las noches soñando con una bebé que lloraba, me hacía muchos tests de embarazo porque me obsesioné con lo que me había pasado. Me soñé con una niña, yo ya tenía otras dos niñas previamente más dos abortos, pero tras el último, después de ver a aquella monja, de recibir su mensaje y todo lo demás, yo soñé durante varias noches con una niña rubia con el pelo rizado. Yo soy morena [dando a entender que no podía ser ella misma de pequeña]. Y mi niña nació rubia con el pelo rizado cuando mi hija Lucía tenía apenas dos o tres añitos”.
“No te preocupes, quédate tranquila, que vas a volver a tener familia”. Esa es la frase que recibe Isabel de aquella extraña monja que no se identifica, que aparece de manera muy real, muy física, y que esa tranquilidad lo siente esta testigo una vez tuvo aquel encuentro. Su sorpresa vino cuando al ver aquel programa de Cuarto Milenio y los numerosos testimonios que hablaban de su encuentros con monjas que parecía no estar allí en el edificio, ella siente esa sorpresa por pensar que quizá esa monja era la misma que se aparecía ante las mujeres ingresadas en ese ala del hospital para darles su mensaje de esperanza. Pero me insiste en que la presencia fue muy real, entonces, ¿se trató de una monja real muy física que trabajaba allí o tiene relación con las numerosas apariciones que allí se cuentan? La sorpresa se la lleva unos años después cuando se entera a través del programa de televisión que allí no había ninguna monja atendiendo a los pacientes. Aunque de vez en cuando todavía alguna que otra monja de esas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl realiza de manera esporádica alguna que otra labor solidaria, es cierto que ellas llevan años sin ejercer como sanitarias debido a que el SES (Servicio Extremeño de Salud) tiene regulada la actividad de sus hospitales con personal formado y ejerciendo.
En aquel momento, Isabel no preguntó a las enfermeras quién era aquella monja. ¿Qué hubiera pasado si a una de las enfermeras le hubiera contado esa aparición repentina de una monja llevándole una cuña? ¿Le habría dicho que era en verdad una monja real o se hubiera quedado sorprendida como han ocurrido con otros casos? Ahí quedará la duda.
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