PROGRAMA 2X17 - TERRORES INFANTILES

Esta semana estamos de enhorabuena, porque El Secreto de la Caverna celebra su programa número 50 con un recordatorio de nuestros TERRORES INFANTILES.

Durante nuestra infancia han sido diversas las pesadillas y manías que nos hacían temer a la oscuridad de la noche, ¿cuáles han sido los más destacados? Parte de el equipo de "EL SECRETO DE LA CAVERNA" confiesa esos miedos más profundos cuando fueron pequeños y analizamos desde un punto de vista psicológico lo que pueden suponer esas experiencias para la edad adulta.

ARCHIVO OCULTO: El fallecimiento de Alberto Nisman sigue siendo lo más comentado en el país argentino y a nivel mundial por ser ya un escándalo a un nivel ya casi de película de espías. Contamos nuevos datos sobre este caso que se ha convertido en toda una teoría de la conspiración con varias figuras implicadas y con un interés de fondo.

NOTICIAS: Científicos escoceses consiguen ralentizar la velocidad de luz de un fotón con un curioso experimento; Francia, preocupada por diversos avistamientos ovnis en algunas de sus instalaciones nucleares.

EXTREMADURA ENIGMÁTICA: "El Crimen de Don Benito". Antes del ya famoso conocido crimen de Puertourraco, quizás el más mediático y conocido que se produjo en Extremadura, hubo uno 88 años antes que fue mucho más organizado todavía y que tuvo como víctima a una joven que sufrió los despechos de un cazique obsesionado con obtenerla. Un asesinato que el mismo Pío Baroja no supo contar en sus escritos y que influenció en la mentalidad de aquel pueblo conocido ahora como una ciudad: Don Benito.

¡¡Gracias por haber estado con nosotros durante 50 programas!! ¡¡Seguiremos con más audios y programas, ya que 50 programas no se cumplen todos los días!!

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Cuando somos niños, parece que desarrollamos un sexto sentido. Un sentimiento de poder ver o recrear cosas en nuestra imaginación que muchos adultos no ven o no quieren ver. En la noche oscura, el infante puede ver en las sombras como una mano alargada con garras que se le acerca, puede ver una forma humana con sombrero o capa que se le acerca o en su viaje por los sueños se pueden formar las mayores aberraciones monstruosas y variopintas que nos atormentan muchas noches, a veces incluso sacada de las mismas vivencias de la realidad. La pregunta puede ser, ¿son sólo fantasías? ¿o son imágenes que se quedan en ese universo que con el paso de los años y del aprendizaje adulto vamos olvidando?

            También puede plantearse como una inquietante verdad que se crea a través de nuestras emociones, a través de una enfermedad, y que quedan atrapadas en ese otro mundo paralelo de los sueños o pesadillas. Las fantasías, los terrores infantiles o los miedos en la noche es un fenómeno que le ocurren a miles de niños en el mundo, nos ha pasado en esa etapa, aunque no nos acordemos, y muchos todavía se acuerdan de esos miedos, de esas perturbaciones nocturnas. Algunos de los niños que lo sufren lo plasman a través de un dibujo, se lo cuentan a sus padres aunque estos no le crean, o se lo guardan para sí mismos con tal valentía. Muchos psiquiatras y psicólogos a través del estudio y del tratamiento con varios casos achacan este fenómeno al desarrollo cerebral del niño que se distorsiona a veces de la realidad y que crea esas alteraciones. Todos tenemos en nuestros primeros años de vida esa antena cerebral que parece que vamos perdiendo, una antena fantástica y misteriosa que nos hace ver seres que no todos podemos ver, y que se manifiestan en las pesadillas.
            


            Vamos a recordar un caso muy conocido para intentar plasmar esto que estamos contando. La Historia del Hombre del Sombrero puede que os suene, ya ha sido tratado en varias ocasiones. Hubo un caso con esta figura en una pequeña familia de Canarias. ¿El protagonista? El niño: Jaime. Con tan sólo 8 años de edad, Jaime vivía atormentado por sus pesadillas tan violentas que le atormentaban cada madrugada. El niño no descansaba, algo le estaba perturbando el sueño cada noche en su tiempo de sueño; un hombre con bigote, con capa y con sombrero parecía ser la imagen que él mismo plasmaba en esos dibujos que hacía. Una imagen que para él cobraba vida en las noches de sueño, a veces incluso creía que era la auténtica realidad. Ese miedo poco a poco le produjo en Jaime el no querer ni vivir en su propia casa. Los padres no sabían que hacer. Se descartaba cualquier tipo de enfermedad que podría sufrir, incluso recibió hasta un exorcismo que acabó oscureciendo aún más la historia de Jaime. ¿Por qué esa aparición misteriosa de un hombre sombrero y capa? ¿Es una recreación común de la mente infantil? ¿El verdadero hombre del saco? ¿o es el tulpa que se ha creado y asentado con el tiempo a través de la creencia onírica?



Y es que esa imagen tan aterradora que tiene décadas de existencia, la del Hombre del Sombrero, sirvió de inspiración a Wes Craven para crear esa imagen fílmica de Freddy Krueger, el tulpa monstruoso de las pesadillas por excelencia. El mismo Craven ha contado que se basó para diseñar a ese personaje en una experiencia que tuvo cuando era niño; cuando vio por la ventana de su casa  un hombre de aspecto aterrador caminando por la calle con un sombrero de borde plano, con un rostro aterrador difícil de describir que cuando miró directamente al joven Craven sintió un miedo que nunca había experimentado. Él mismo relata aquello como una historia que no sabía si la estaba soñando o la estaba viviendo realmente.

Y esa imagen que parece que ha perdurado como una extraña sensación de amenaza, porque parece que te está observando, ha sido siempre considerada como el reflejo de nuestros más profundos miedos. Porque parece que el miedo nocturno se convierte en esa sombra con sombrero que parece no aguardarnos nada agradable. Imágenes de monstruos, de garras que intentan cogernos, de rostros que parece que nos sonríen y nos atormentan,…son algunos de los ejemplos de lo que el niño puede ver en esas pesadillas. Un modo de ahuyentarlas puede ser la forma de contar cuentos, pero, ¿y si los cuentos de hadas de toda ya fueran de por sí extractos de lo macabro, de lo pesadillesco? Pues ahondamos ahora con ese asunto.



En un mundo en el que tenemos de forma gratuita elementos tan salvajes como el sexo, la crueldad, los asesinatos, vistos muchos de ellos en informativos de sobremesa, pues son elementos que han estado permanentemente en esas historias o cuentos infantiles que siempre se nos han utilizado para hacernos dormir o hacernos emocionar. ¿Qué pasa con esto? Que se ha endulzado porque se pueden hacer varias interpretaciones de los cuentos de toda la vida, pero imagínense lo que hubiese pasado si esos cuentos como Cenicienta, Pinocho, Caperucita Roja, La Sirenita,…algunas de estas historias se han convertido en éxitos de cine y miren por dónde, el tema va relacionado con pesadillas, con lo macabro, ¿qué lado oscuro se esconde detrás de estas historias donde muchas salieron de una mente ya macabra de por sí para crear historias como la de Edgar Allan Poe, Perrault o los Hermanos Grimm?

Historias originales que ustedes pueden consultar por la red, sin entrar en si pueden ser ciertas o no, tenemos los valores del ataque cruel de un lobo a una abuela y su nieta en la historia de Caperucita Roja (donde en la historia real incluso se incluye una violación); del infanticidio en la historia de Hansel y Gretel (cosa muy común en la época de la Edad Media donde se hacía por necesidad de hambruna); del maltrato y explotación que recibió la Cenicienta (que también oculta esa versión original donde las hermanastras se realizaron esos cortes en los pies para que les entrara ese zapatito de raso); el cambio a la humanidad que hace la Sirenita para cosneguir a su apuesto príncipe (donde en verdad su autor Hans Christian Andersen cuenta que el embrujo al que fue sometido la princesa del mar fue caminar como si pisara cuchillos y encima ese príncipe acabaría enamorándose de otra mujer por lo que la sirena se lanzó al mar y acabó diluyéndose en espuma marina); el rapto de los niños que se cuenta en la versión original del Flautista de Hamelin o el triste final que le aconteció a esa niña llamada Ricitos de Oro que no parecía una niña tan agradable como se cuenta en esa otra versión que nos contaron. Estos son algunos ejemplos de cómo a veces se tiene que poner un filtro para que esas historias que son maravillosas no sean descubiertas por su otro lado. Ya de por sí estos cuentos que nos han contado para evitar miedos casi que nos desvelan otros que el niño detecta a pesar de su inconsciencia. Y aquí viene el planteamiento: “Queremos que nuestros hijos crean que los hombres son buenos por naturaleza. Pero los niños saben que ellos no siempre son buenos; y a menudo, cuando lo son, preferirían no serlo. Esto contradice lo que sus padres afirman, y por esta razón el niño se ve a sí mismo como un monstruo.” Ese monstruo que nos atormenta en nuestras pesadillas.



    Los informativos, tal y como están, un niño no los debería ver Silvia Álava Sordo/Psicóloga

Un miedo siempre es verdad y real para el niño que lo tiene.
Katam de Jalab Atamatak. Psicóloga

DATOS DE INTERÉS

PESADILLAS
TERRORES NOCTURNOS
Normalmente el niño se despierta durante el episodio y recuerda el contenido del sueño.
A pesar de que puede incorporarse de la cama e incluso llorar o gritar, resulta muy difícil despertarle. No recordará nada.
Los contenidos del sueño recordados son muy elaborados.
Contenidos inexistentes o muy vagos del episodio.
Durante los episodios no suelen aparecer movimientos ni vocalizaciones ya que no existe tono muscular. En el caso de que aparezca alguna palabra o grito indica el final de la pesadilla.
Pueden aparecer verbalizaciones y/o vocalizaciones por la presencia de tono muscular.
Al despertarse: sensación de miedo y ansiedad asociadas al recuerdo de las imágenes oníricas.
Se experimenta una intensa ansiedad con gran activación autonómica.
Aparecen en la fase de sueño REM.
Aparecen en el sueño No REM.
Suelen darse en la segunda mitad de la noche.
Se dan en la primera mitad de la noche.
Inicio entre los 3 y 6 años.
Inicio entre los 4 y 12 años.
Suelen remitir a medida que el niño se hace mayor.
Suelen desaparecer con el tiempo y normalmente no precisan tratamiento farmacológico.

 

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