PROGRAMA 5X07 - CANIBALISMO

CANIBALISMO. Desde tiempos prehistóricos, el ser humano ha tenido situaciones donde ha devorado a sus congéneres. Muchas veces por supervivencia, otras por cultura y otras por psicopatía, el canibalismo es un tema que se ha dado de múltiples maneras. Analizamos este asunto desde todas sus vertientes, numerosos casos de crímenes acompañados por el acto de la antropofagia, situaciones de extrema necesidad donde se ha dado y de fondo debatimos sobre la ética si comeríamos de alguien de nuestra misma especie si no quedara más remedio.

NOTICIAS: Estados Unidos libera mosquitos de laboratorio para detener enfermedades; Misterioso castillo hallado en un lago de Turquía; Acontecimiento lunar importante para el próximo 3 de diciembre.

LA OTRA CARA DEL CINE. "Phantasma (1979)". Una saga muy poco conocida pero que se convirtió en una película de culto gracias a una historia de terror que giraba alrededor de la misteriosa figura de "El Hombre Alto". Analizamos su primera película y secuelas posteriores.

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La práctica o acto de comerse individuos de la propia especie, conocido como antropofagia o canibalismo. ¿Desde cuándo viene ocurriendo esto? Mucho antes de lo que imaginamos. De hecho, podríamos empezar a hacer un análisis en primer lugar de su etimología. Ya que canibalismo es una palabra muy moderna, a decir verdad se puso de moda en los primeros viajes a América, concretamente en la etapa Colón y ahí es cuando se populariza por primera vez las leyendas y mitos sobre las tribus de indígenas comedores de carne humana que habitaban en los caribes, de ahí que se produjese una especie de corrupción del nombre y hasta entonces lo que simplemente se llamaba en su origen griego antropófago, cambiaba a convertirse en caníbal. Caníbal ya no como un indígena del Caribe que devorara a sus mismos seres, sino como alguien de cualquier lugar que realizaba el mismo acto.

Por lo tanto una vez más, el estudio del origen de una palabra nos da bastante a entender de cómo nace todo el fenómeno. De hecho, esa terminología ha provocado en nuestro inconsciente colectivo que cada vez que nos hablan de caníbales la primera imagen que se nos venga a la cabeza son la de esas personas indígenas que a través de un ritual tiene apresado al explorador o forastero dentro de un caldero dispuesto a comérselo. Que fuera verdad esa imagen no lo negamos, pero con el paso del tiempo esos nuevos caníbales dejaron los tótems, las viejas costumbres, las tribus,… y la palabra empezó a aplicarse a todo aquél que cometía el acto de devorar a un semejante. La palabra antropofagia seguía siendo utilizada por la comunidad más científica y experta, pero el caníbal ya era parte de la cultura popular y del miedo a encontrarse a alguien, tan normal como usted y yo, que tuviera unos gustos muy particulares.

Pero es que los estudios científicos nos retrotraen hacia la prehistoria, ahí ya se ha descubierto que esto de la antropofagia ya surgió en los tiempos de las cavernas, de los primeros cazadores-recolectores. El origen no se tiene muy claro, es decir, no se sabe aún si se debe a una cuestión materialista, psicológica o cultural. Puede que tenga un poco de cada cosa, quién sabe, pero el hecho de devorarnos los unos a los otros ha existido siempre, de forma figurada, imaginaria o metafórica. Así que fijaos el paso del tiempo con este fenómeno, quizás el primer caníbal fue un habitante de una caverna, que quiso probarla por curiosidad o simplemente por hambre, porque no había otra cosa, pero imagináos ahora el que lo hace en un mundo moderno, digamos en un país desarrollado, que aunque sea una persona aislada al igual que lo pudo ser este primer cavernario, neandertal o quien fuese, mismamente igual que un indígena de alguna isla del Caribe, realiza el acto normalmente pero de forma clandestina y privada, porque sabe que si lo pillan lo condenan. Así que quizás naciera como necesidad, se desarrolla como un proceso de creencia, y ahora se utilice como una especie curiosidad entre la necesidad y la creencia que provoca el morbo, la locura o incluso las ganas de hacer daño a alguien que es de tu misma especie.

Porque así es, ahora mismo salta una noticia de que una persona ha devorado a otra o ha probado su carne y es considerado un caníbal automáticamente y pensamos “qué demonios se le ha pasado por la cabeza a esta persona para hacer eso, qué tipo de trastorno tiene”. Pero cuando la necesidad urge y la inanición asoma en un paraje solitario, donde no haya nada más que un cuerpo humano a tu alcance ya sea vivo o muerto es cuando nace este dilema de recurrir al canibalismo más como un momento de supervivencia del individuo solitario que el placer de matar a alguien y probarlo. El cuerpo puede aguantar varias semanas sin alimento, pero no sin líquido. Se tiene comprobado que un cuerpo humano como el nuestro no aguanta más de diez días sin beber. Situaciones que se han dado mucho en naufragios en alta mar, donde el agua quizás no sea un problema si llueve o el beber agua salada (o incluso la propia orina) como último recurso, pero en ese inmenso océano donde no hay resto de comida sólida es donde más veces se han documentado los casos de canibalismo como acto de supervivencia. Por ejemplo uno ocurrido en la mitad del siglo 17 (año 1641), siete ingleses que partían de la isla de St. Kitts, en pleno Caribe; una tormenta deja a la deriva durante 17 días a estos viajeros, sin agua y sin comida. Así que deciden que alguien debía ser ejecutado por la supervivencia del grupo, así que uno de ellos decide que se tome esa decisión con el juego de “la pajita más larga” siendo él el elegido por perder el juego, así que toma esa decisión son serenidad y su sangre y su carne sirve para salvar momentáneamente a sus compañeros. Este caso termina con una acusación de homicidio por parte del juez cuando llegan a tomar tierra, pero habiendo entendido el caso como se lo expusieron decidió absolver a estos náufragos por una “inevitable necesidad”.

NOTICIA ABC - 25/09/2017

Un nuevo caso de canibalismo acaba de ser descubierto en Rusia gracias a que los antropófagos extraviaron un teléfono móvil con fotos de sus víctimas descuartizadas. Han sido detenidos, sometidos al dictamen del psiquiatra y encarcelados. Se trata del matrimonio formado por Dmitri Baksheev, de 35 años, y Natalia Baksheeva, cuya edad no ha sido dada a conocer, pero de aspecto más joven. Vivían en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, y podrían haber matado a más de 30 personas desde 1999 con el objetivo de consumir su carne o hacer conservas para su posterior comercialización.
Según el Comité de Instrucción ruso, a mediados de septiembre, durante los trabajos de asfaltado de una carretera, los operarios hallaron un teléfono móvil que contenía macabras fotografías de cuerpos humanos despedazados. En una de las instantáneas se veía a un hombre sosteniendo en su boca una mano cortada, al parecer de una mujer joven.
Los trabajadores horrorizados entregaron el teléfono a la Policía, cuyos agentes pudieron identificar rápidamente al individuo. Resultó ser un tal Dmitri Baksheev.
En el congelador del frigorífico se encontraron fragmentos humanos envueltos en bolsas de plástico y latas de conservas que, tras ser examinadas, resultaron contener un preparado hecho a partir de carne también humana. Gracias al testimonio de Baksheeva, fueron descubiertos y exhumados los restos de siete de las víctimas., que no han sido todavía identificados y necesitarán para ello un análisis de ADN. En el piso había también 19 tiras de piel humana, los teléfonos móviles de los asesinados, «recetas para disimular el sabor de la carne humana» y fotos y vídeos de muchos cadáveres en distintas fases de descuartizamiento.



NOTICIA - 20 MINUTOS- EFE. 21.08.2017
Tres hombres han sido detenidos por la Policía sudafricana en el pueblo de Estcourt (este del país) tras ser acusados de violar y asesinar a una mujer, cuyo cadáver supuestamente se comieron después, así informaron los medios locales. Uno de los sospechosos se entregó a las autoridades y declaró a los agentes que estaba "cansado de comer carne humana", explicó la portavoz de la Policía de Estcourt, Thembeka Mbhele, que aclaró que las tres detenciones tuvieron lugar el pasado viernes por la noche. El hombre, que acudió voluntariamente a la comisaría, entregó una pierna y una mano de la víctima, e indicó a los agentes una dirección en la que encontraron más restos humanos, asegura el portal de noticias sudafricano News24.
Mbhele indicó que dos de los detenidos son "nganga", curanderos tradicionales, y confirmó que la investigación sigue su curso para encontrar otras posibles víctimas. Otra fuente policial consultada por News24 asegura que los tres sospechosos también podrían haber profanado tumbas en búsqueda de cuerpos humanos.

NOTICIA – OK DIARIO - 18-08-2016
Caso de canibalismo a causa probablemente de una droga conocida como
 “flaka” en Miami
Un caso de violencia caníbal ha asustado y sorprendido a vecinos de la localidad de Tequesta, a 150 km de Miami, alertados por la llamada de un vecino, la policía encontró a un joven de 19 años despedazando con sus dientes el rostro de un hombre, antes de eso lo había matado a él y a su mujer a cuchilladas.
El alguacil William, calificó el suceso como desconcertante e inexplicable y explicó que el joven probablemente estaba bajo los efectos de una droga sintética, conocida como sales de baño o “ flaka”
Las víctimas fallecieron en el lugar, y un vecino que intentó acudir en su rescate también fue acuchillado por el atacante, pero aún así logró escapar y llamar a los equipos de emergencia.



La balsa de la Medusa, Théodore Géricault (1818-1819), llamando a la nao Argus para que los rescatara.

El cuadro muestra la pérdida de la fragata Medusa, enviada a Senegal por el gobierno francés, en 1816, bajo el mando del conde Chaumareix, oficial de la armada, inactivo durante 25 años, a cuya incompetencia se le atribuía el desastre. Se produce un naufragio, y el capitán y los oficiales hacen uso de las barcas salvavidas, abandonando a su suerte al resto de la marinería, considerados socialmente inferiores. Así que la historia nos cuenta que un grupo de cerca de 150 personas improvisan una balsa y sobreviviendo con barriles de vino recogidos de las aguas se ven obligados a prácticas de canibalismo para sobrevivir. Y aunque en el cuadro verdaderamente no se refleje el acto como tal, sí parece que se intuye viendo la agonía. Solo 15 sobrevivieron. Una obra con función política y nacionalista donde el autor utilizó el tema del naufragio como angustia de un terrible destino utilizando a los pocos supervivientes como modelos de su escena. Un cuadro que fue censurado y perseguido. El asunto fue noticia de portada en los primeros años del siglo XIX, fue todo un escándalo político encubierto donde hasta 200 oficiales de la marina francesa y un ministro acabaron siendo destituidos. Théodore Géricault, de esta forma, inicia el Romanticismo francés con este cuadro-denuncia de un error gubernamental. Ahora esta pintura se conserva en el Louvre de París.

Una balsa con aproximadamente una veintena de cuerpos en ella, aferrándose al único elemento que los pueda mantener con vida. La escena capta el instante en el que un grupo de náufragos avistan una vela en el horizonte, la fragata que no los recogerá. En la parte inferior de la balsa se encuentran los muertos y a un par de personas que los están sujetando. En la parte superior de la balsa están los supervivientes, que están agitando los brazos para intentar ser vistos. Algunos de esos cuerpos están desnudos, incluso se podría decir que completamente sin vida, ¿qué ha pasado realmente ene sta escena? Con un escenario de fuerte oleaje, nubarrones negros en el cielo y una especie de luz que ilumina a esa balsa uno realmente puede interpretar de mil maneras esta pintura al óleo con 5 metros de alto y 7 de ancho. Puede ser una metáfora de que la salvación está cerca, de que la llegada a tierra está próxima, pero también se puede interpretar como que el atardecer se está desvaneciendo y antes de que la noche oscura engulla a estos náufragos en su balsa necesitan llegar cuanto antes de que prosiga la tragedia. Ese efecto del color para determinar quizá un momento del día llega a darnos un momento de angustia ante la escena. Y además, una obra realizada de la forma más macabra posible, ya que Gericault obtuvo algunos de los restos de los fallecidos, miembros desmembrados, hasta el punto de que su estudio llegó a catalogarse con “olor a muerto”.



Grandes episodios de la historia cuyos conflictos bélicos quedaron marcados tuvieron episodios de canibalismo como táctica de supervivencia ante la falta de recursos comestibles. Por ejemplo la famosa “Batalla de Numancia” o la de Calahorra tienen episodios que cuentan cómo se prefería devorar a los muertos antes de rendirse al enemigo. Más trágico aún son los relatos de canibalismo contados en la ciudad de Leningrado durante el asedio que sufrió por los alemanes en la II Guerra Mundial. Durante 900 días no tuvieron nada para comer, los animales desaparecieron de las calles para ser servidos como único alimento y un mendrugo de pan era como encontrarse una joya. Por lo tanto, la sombra del canibalismo asoló esta ciudad durante una etapa de asedio y de encerramiento en las que las madres apenas dejaban salir a los niños por temor a que un “caníbal” lo secuestrara para comérselo. En publicaciones como las de Harrison E. Salisbury (Los 900 días. El sitio de Leningrado) llega a contar como se tuvieron a unas 260 personas condenadas por canibalismo, en las que incluso se contaba que llegaron a crear hermandades dedicadas al consumo de carne humana, ataques a soldados como sus presas por estar mejor alimentados y que muchos de ellos eran encerrados en una única celda que llamaban “la celda de los caníbales” donde se devoraban unos a otros.

Todo lo hemos visto…
En la lengua rusa no hay palabras
para describir aquel loco invierno de guerra…
Cuando el Hermitage se estremecía con las bombas…
y se helaban las casas y reventaban las cañerías…
Cien gramos de ración…
Cadáveres en la Nevsky.
Y sabemos también lo que es canibalismo.
Todo lo hemos visto…
(Daniel Leonidovich Andreiev)

La guerra, los campos de concentración, la miseria extrema, viajes o incursiones que acaban en tragedia… pueden ser escenarios donde se dé el macabro acto de devorar a un semejante. Pero, ¿cuándo comenzó verdaderamente a darse? Quizás fue hace más de 45 mil años. De hecho, en un yacimiento belga (Goyet) un grupo internacional de investigadores (sobre todo del País Vasco) descubrieron la primera evidencia de canibalismo neandertal en el norte de Europa: 99 restos óseos que pertenecían a por lo menos 5 individuos y donde se apreciaron marcas producidas por herramientas de piedra para cortar o fracturas de huesos quizás para sacar el tuétano. Este no es el primer yacimiento que haya hallado algo así, porque dentro del enorme misterio prehistórico que guardan los neandertales se sabe que en más de una ocasión consumieron la carne y partieron los huesos de sus congéneres, todo con un fin alimenticio.



En 2012 ya se supo que  el 'Homo Antecessor' practicaba el canibalismo. Se publicó un estudio que sugería que ese infanticidio y canibalismo era practicado por la defensa y ampliación de un territorio rico en recursos, una conducta que ya se ha observado en chimpancés, similares a nuestro comportamiento social. Aquí ya estamos hablando de hace más de 800 mil años que es cuando se ha estipulado que el 'Homo antecessor' vivió según las dataciones de sus hallazgos en Atapuerca. Y en su dieta se ha comprobado que otros homínidos eran parte de ella, muchos de ellos, niños.


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PSICÓPATAS OBSESIONADOS CON LA CARNE


A lo largo de la historia, han existido individuos capaces de, además de cometer uno de los peores actos imaginables, matar, trocear los cadáveres de sus víctimas y acabar comiéndose esa carne humana. 


Quizá cuando pensamos en asesinos caníbales se nos viene rápidamente a la cabeza uno de ficción, que creó el escritor Thomas Harris. Se trata del Dr. Hannibal Lecter, que consiguió la fama mundial en 1991 con la película El silencio de los corderos del cineasta Jonathan Demme. Un genial Anthony Hopkins fue el encargado de encarnar en esta cinta a un brillante psiquiatra encandilado por la carne humana. Este monstruo y erudito doctor, según aparece en los libros de Thomas Harris y en diferentes películas, es en verdad un psiquiatra sociópata, un genio desequilibrado al que le gusta mezclar la gastronomía y el canibalismo. Esto genera curiosas combinaciones culinarias a partir de carne humana: hígado acompañado de habas, el corazón o parte de los órganos de la región craneal, o brochetas hechas a partir de mejillas, de las víctimas que asesina. Digamos que tiene un doble perfil. Por un lado es un hombre culto, refinado, de modales exquisitos y buen comportamiento, además de amante del arte, la música clásica y la buena cocina. El alter-ego de ese aspecto suyo (que se permite manifestar en instancias más privadas) es un comportamiento cínico, manipulador y castigador.


Dejando atrás la ficción, y metiéndonos ya en vidas reales, comenzamos este periplo por asesinos caníbales con Ruby Eugene, un caníbal de 31 años que fue capturado por la policía de Miami en mayo de 2012 cuando comía parte del rostro de un indigente en la calle. Según testigos presenciales, este caníbal se abalanzó contra otro hombre, en un paso peatonal del viaducto McArthur en el centro de Miami, y le arrancó totalmente a su aterrorizada víctima la cara con sus dientes, se comió parte de los pómulos, la nariz y un globo ocular. Todo, mientras, imaginaos, el desventurado, chillaba como un poseso. Ruby Eugene falleció abatido por un policía que intentó impedir que siguiera atacando al indigente. El oficial necesitó tratamiento psiquiátrico por el impacto que le causó la escena. Ruby era un ser marginal de Miami, que vivió debajo de los puentes y a la intemperie. En el historial delictivo de Ruby Eugene se incluyen agresiones y tráfico y consumo de estupefacientes, de hecho, cuando fue abatido, se encontraron en su cuerpo restos de una droga, conocida como “sales de baño”. Se trata de una droga llamada Ivory Wave, “ola púrpura” o “Costa de Marfil”, que puede consumirse al aspirar o por vía oral. Produce efectos similares a la mefedrona, incluyendo aceleración del ritmo cardíaco, dolor de pecho, ansiedad, alucinaciones y contracciones faciales involuntarias. Se cree que esta droga puede causar brotes de psicosis paranoica.


Armin Meiwes, más conocido, por la prensa, como el “caníbal de Rotemburgo”. Este alemán publicó en internet un anuncio en el que solicitaba a alguien que quisiera ser asesinado y comido. Bernd Jürgen Brandes, un ingeniero de Berlín –que declaraba ser bisexual, y consideraba que la violencia y la tortura eran los ingredientes esenciales de su vida sexual cotidiana– se presentó en casa del caníbal, un día de mazo de 2001. Primero le cortó el pene, que intentaron comerse entre los dos. Después Armin Meiwes apuñaló a su víctima hasta matarla y la introdujo en la bañera, donde fue cortando su cuerpo y comiéndoselo poco a poco hasta que solo quedó la cabeza. Como decimos, descuartizó su carne y la guardó en el congelador para comérsela en días posteriores. Fue detenido al año siguiente de cometer el asesinato, cuando ya se había comido más de 20 kilos de la víctima. Según llegó a decir en un documental este asesino caníbal, “la carne humana sabe bien. A cerdo, aunque un poco más ácida y fuerte”.


Nicolas Cocaign, conocido como “el caníbal de Rouen” (Francia). El 2 de enero de 2007 mató a su compañero de celda acuchillándole con unas tijeras, después lo asfixió con una bolsa. Tras matarlo abrió su abdomen, le quitó una costilla y se comió parte de su pulmón. Llegó a decir: “Lo hice por curiosidad. Quería saber qué gusto tenía la carne humana. La preparé con un poco de cebolla y arroz. Y me lo comí. Tenía buen gusto. La carne humana es suave, como la carne de ciervo. Hice lo que me gustaba...”. Fue condenado a 30 años por este asesinato.


Jeffrey Dahmer, apodado el “carnicero de Milwaukee”, fue detenido por la policía en julio de 1991 y confesó haber abusado sexualmente, matado y descuartizado a diecisiete hombres y chicos entre 1978 y 1991. No sólo es conocido por la gran cantidad de asesinatos, sino también por practicar la necrofilia y el canibalismo. Tracy Edwards fue su última víctima y logró escapar esposado. Cuando fueron al apartamento de Dahmer descubrieron que tenía varias fotografías de cadáveres, restos humanos y una cabeza en el congelador. Fue condenado a novecientos treinta y seis años de prisión de los que apenas cumplió un par puesto que fue asesinado en la cárcel por otro preso. La biografía de este asesino en serie fue llevada al cine, con la película Dahmer.


Stephen Griffiths era un estudiante de doctorado en Criminología, de 40 años, que se autodenominó como “el caníbal de la ballesta”. Fue sentenciado a cadena perpetua en diciembre de 2010 por el asesinato de tres prostitutas en Bradford en Yorkshire (norte de Inglaterra). Griffiths era licenciado en psicología, y estaba obsesionado por los asesinos en serie. Según el diario Times su investigación comparaba los métodos policiales modernos con los de los detectives del siglo XIX. En el juicio, afirmó que se comió partes crudas y otras cocinadas de sus víctimas. Tuvo un gran interés en conocer a más de 50 asesinos en serie y obras relacionadas con crímenes. Se decía que comía ratones, que los criaba en su casa para alimentar a los lagartos que tenía como animales de compañía.


Anthony Morley. Las dotes de este chef británico homosexual (había sido Mr Gay en el Reino Unido) fueron más allá de los fogones del restaurante. Un día de abril de 2008, Anthony invitó a su casa a un hombre que había conocido algunas semanas antes. Tras mantener relaciones sexuales con él, lo apuñaló varias veces, le cortó la garganta y troceó sus muslos. Tras el suceso, cocinó su muslo con hierbas frescas y aceite de oliva y se comió esta parte de la pierna. Cuando la policía acudió al domicilio se encontró en la cocina seis chuletas ya cocinadas y listas para comer y una arrojada al cubo de la basura que presentaba señales de haber sido mordida. En realidad, Anthony, sin haber podido comérsela, había ido a avisar a un establecimiento vecino para que llamaran a la policía. Fue condenado a cadena perpetua.


Peter Bryan es un asesino en serie y caníbal inglés que cometió tres asesinatos entre 1993 y 2004. Bryan consideraba que el cuerpo humano era una fuente fuerte de alimento. Incluso le dijo al psiquiatra que esperaba matar a otras ocho personas más. Fue ingresado en un hospital psiquiátrico a los 20 años, con su primera víctima; le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. En 2003 los médicos diagnosticaron una gran mejoría en su estado. Pero cuando le trasladaron a otras instalaciones, asaltó a una niña de 16 años. En 2004, cuando salió de la unidad de salud mental, mató a su amigo, al que cocinó su cerebro en una sartén con mantequilla.



-          El exprofesor Andréi Chikatilo mató a 52 personas (niños y mujeres) durante 12 años. Es uno de los asesinos en serie más crueles de la historia: a algunos niños los troceó vivos. Se comió a varias de sus víctimas. El Carnicero de Rostov fue ejecutado en Rusia en 1994.


-         Dimitri y Natalia Bakshéyev podrían haber asesinado y devorado a 30 personas. La Policía rusa ha hallado en su casa tiras de piel y frascos con carne en conserva. Dieron con ellos tras encontrar en el móvil de Dimitri fotos de él con un cuerpo troceado.


Albert Hamilton Fish


Nace en 1870 en Washington. Desde los 5 años es enviado a un orfanato debido a que su padre falleció muy pronto (tenía 43 años más que su madre), así que su madre al no poderse hacer cargo de él lo manda a ese orfanato donde desde muy pequeño le ponen un curioso mote “Ham and Eggs” (Jamón y Huevos), pero posteriormente comienzan a llamarle simplemente Albert. Su estancia en este colegio interno no le fue bien, siendo objeto de palizas desde muy pequeño, cosa que le excitaba según dijo. A la edad de 10-11 años su madre vuelve a recogerle de nuevo, porque ya podía mantenerle. Pero una vez liberado de ese orfanato empieza a tener una relación prematura con el hijo de un telegrafista. Según su confesión, en aquellos tiempos empezó a desarrollar el gusto por la escatología (Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba), puesto que se entregaba gustosamente a prácticas de coprofagia.
A los veinte años ejerce como “prostituta masculina” en la ciudad de Nueva York. Y es ahí donde despierta su gusto por la violación de niños. Un personaje que además decía sufrir alucinaciones de tipo religioso ya que vivía obsesionado con el pecado, y que la única forma de expiación de esos pecados era a través del sacrificio personal y el dolor. Así que para él era muy normal infligirse castigos masoquistas automutilándose.
En 1898, su madre le arregló un matrimonio con una joven, con la que llegó a tener seis hijos.Oficialmente, fue detenido ocho veces: la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos y otras “lindezas” similares. En alguna ocasión afirmó ser Jesucristo, que San Juan le hablaba y que el mismo Dios le ordenaba cometer sacrificios humanos.
Fue internado tres veces en un hospital psiquiátrico, pero lo dejaban salir al poco tiempo porque no se le consideraba un tipo peligroso, sino simplemente una personalidad psicopática de carácter sexual. Pero su mayor sentencia iba a llegar con este mensaje dicho por su propia boca:
“Escuchaba voces que me decían cosas y, cuando no las comprendía todas, trataba de interpretarlas con mis lecturas de la Biblia… Entonces supe que debería ofrecer uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que había cometido. Tenía visiones de cuerpos torturados en cualquier lugar del Infierno…”.
A Albert Fish lo detienen en 1935 y lo consiguen gracias a una carta que éste manda a la madre de una víctima que había secuestrado, y que había asesinado y cortado a trozos sin comerse su carne. Pero sin violarla, le aseguró.
Durante el juicio quedó probado que realizó todo tipo de perversiones con más de 100 niños matando además a 15. Se descubrió también su extraño gusto por hacerse daño a sí mismo, uno de sus sistemas favoritos era clavarse agujas alrededor de los genitales. Encontrándole en una radiografía casi una treintena de agujas, algunas de ellas ya casi oxidadas. Es condenado a la silla eléctrica y ejecutado en la prisión de Sing Sing el 16 de enero de 1936.
“¡¡Que alegría morir en la silla eléctrica!! ¡¡Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado!!”.
Albert Fish se llevaría a la tumba su mayor secreto, el número de personas que habría asesinado. Algunos dicen que cien, otros que apenas llegó a los 50 pero lo más preocupante es que mató a una quincena de niños.
“No soy un demente, sólo soy un excéntrico. A veces ni yo mismo me comprendo”.


 

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