VIAJE A BÉLMEZ DE LA MORALEDA (JAÉN)

Aunque en Semana Santa el equipo del programa nos tomamos un descanso para coger fuerzas y regresar de nuevo con impulso, nuestro compañero Pablo García del Río, aprovechando su estancia en la ciudad de Granada, se desplazó a la mítica localidad de Bélmez de la Moraleda, en Jaén, a poco más de una hora de la capital granadina. Ésta es la crónica de su viaje.

El pasado jueves día 2 de abril tuve la gran ocasión de viajar a Bélmez de la Moraleda (provincia de Jaén), municipio enclavado en el Parque Natural de Sierra Mágina, a unos 70 kilómetros de la capital jienense. Al mencionar el nombre de este pueblo, a muchísimas personas, sobre todo en España, nos viene enseguida a la mente un enigmático hecho o suceso: las Caras de Bélmez. En efecto, ése era el motivo de mi viaje, conocer de primera mano ese curiosísimo fenómeno sobre el que durante tantos años había visto en televisión, escuchado en radio y leído en prensa.


Lo que en principio sería un viaje casi improvisado, con la idea de tomar un par de fotos, a la entrada del pueblo y en la fachada de la famosa casa de las Caras, se convirtió en toda una experiencia personal. Tras llegar al pueblo y preguntar a algún vecino, de lo primero que me enteré fue de la existencia de un Centro de Interpretación de las Caras, una especie de museo interactivo de reciente creación.


Dejando la visita de este centro para más adelante, ya que a esa hora estaba ya cerrado, y tras buscar la famosa casa, enseguida identifiqué la calle conocida como 'Cuesta de las Caras', un empinado y cortito callejón que daba acceso a la antigua calle Real, hoy ya conocida como calle de María Gómez Cámara, en honor a la mujer que durante tantos años convivió con esas misteriosas teleplastias surgidas en el suelo de su propia casa, concretamente el 23 de agosto de 1971.

 


Al llegar al número 5 de la citada calle divisé en la puerta a un hombre al que enseguida reconocí: se trataba de Miguel Pereira Gómez, uno de los hijos de María, quien desde hace ya varios años se encarga de gestionar la casa que tan popular se hizo en todo el mundo y cuyo espíritu permanece irremediablemente vinculado al de su madre María.


Tras presentarme y explicarle las razones de mi visita al pueblo, Miguel me invitó muy amablemente a acceder al interior de la vivienda. Me sentía bastante nervioso al tiempo que muy emocionado, pues me encontraba en un lugar mágico, histórico, mítico... Estaba dentro de la popular casa de las Caras de Bélmez. Me costaba creerlo, pero allí estaba yo con mi cámara fotográfica y mi curiosidad por presenciar el mencionado fenómeno.


 

Al entrar en aquella pequeña estancia, lo primero que me llamó la atención fue lo reducido de su tamaño. Lo que a continuación me sorprendió fue el suelo de cemento, con ese característico color negruzco y grisáceo y todas esas tonalidades propias de un suelo tan antiguo y fabricado con ese tipo de material tan común. Después me invadió una sensación de respeto y admiración por aquel lugar, por el que tantas personalidades del mundo de lo paranormal, de la ciencia y del periodismo han pasado durante más de 40 años. Prueba de ello eran todas aquellas fotografías plastificadas colgadas en la pared, en las que se podían identificar figuras tan importantes y populares en el universo del misterio como Germán de Argumosa, Fernando Jiménez del Oso, Pedro Amorós o Iker Jiménez, entre otros.



Ya en la antigua cocina, epicentro de estos misteriosos rostros y lugar por el que parecía no haber pasado el tiempo, Miguel Pereira me obsequió con un interesante repaso por la historia de las Caras, dándome algunos detalles sobre las más conocidas, como son 'el Pelao' y 'la Pava', y enseñándome otras que con el paso del tiempo se han deteriorado o han cambiado de forma, hecho tremendamente curioso. Hablamos, además de las propias caras, de su madre María, de los medios de comunicación y de las personalidades que visitaron la casa y de la repercusión que el fenómeno tuvo a nivel mundial. Me sentía un privilegiado por estar allí, charlando de manera amable e informal con aquel hombre tan agradable, quien, junto a María Gómez Cámara, vivió esta situación desde muy joven.



Hubiera estado mucho más tiempo preguntándole a Miguel todo tipo de cuestiones que me surgían y escuchando todo lo que tendría que contarme, pero era la hora de comer, por lo que no quise insistir demasiado, ya que a mi llegada él ya se iba, y sin embargo tuvo el detalle de abrirme las puertas de su casa. Tomé las fotografías que veis aquí y algunas más, dejé un donativo y me despedí de él, no sin antes hablarle, por supuesto, de nuestro programa de radio, agradeciéndole ya por último el haberme permitido conocer este enclave único en el mundo del misterio y lo paranormal.


La siguiente parada en mi visita a Bélmez sería el Centro de Interpretación de las Caras. Tras pagar los 3 euros de la entrada, asistí a varias proyecciones de corta duración que hablaban sobre el pueblo y sobre las famosas Caras. Además, como muestran las fotografías que tomé, el lugar cuenta con diversos murales de gran formato con imágenes e información sobre este increíble fenómeno. Otro detalle que me llamó la atención fue la presencia de un catálogo virtual, una pantalla táctil donde podíamos seleccionar y visualizar imágenes de las diferentes Caras.







En definitiva, fue un viaje breve pero muy intenso. Después de tanto tiempo conociendo este fenómeno que siempre me ha llamado mucho la atención, llegó la ocasión de presenciarlo con mis propios ojos, los ojos de una persona escéptica pero respetuosa. Y es que así me considero en lo que a los fenómenos paranormales se refiere, es decir, me interesan y los respeto, pero siempre desde una postura crítica y analítica. En el caso de las Caras de Bélmez tengo que decir que, tras mi visita, puedo confirmar firmemente lo que ya sabía, y es que nos encontramos ante un hecho totalmente real pero cuya causa, casi medio siglo después de su aparición, aún se desconoce.


Pablo García del Río
Granada, 2 de abril de 2015
 

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